Capítulo 1 - El inicio

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Voy corriendo por toda la calle hacia la casa de mi Tía-Madrina Ana. Tengo que llevarle sus medicamentos antes de que sea la hora de la comida.

Comida...

Lo que más amo en está vida. Aparte de mi Madrina y mi perrito Draco. Un pequeño y lindo perrito de 1 mes. Mi tía me lo regalo por mi cumpleaños número 16.

Todos mis pensamientos se ven interrumpidos por un choque de mi cuerpo con otro, mandandome directo al suelo.

-¡¿Qué te pasa imbécil?! -grito enojada mientras intento levantarme.

-Yo lo siento, no me fije por donde iba. -me contesta una voz de hombre.

Volteo a ver y me encuentro con un joven de más o menos mi edad, en el suelo igual que yo.

Es hermoso.

-¿Estas bien? -pregunta sacandome de mis pensamientos hacia el.

Me tiende la mano en señal de que me quiere ayudar. Al aceptarla, la retiro rápidamente al sentir un tipo de corriente que sacude todo mi cuerpo. Agachó mi cabeza al sentir mi cara arder.

- En verdad lo siento. Sólo que andaba buscando una calle y no me fije por donde iba. -me explica tratando de ocultar su vergüenza.

-Yo también lo siento. Iba corriendo y no me fije. -digo nerviosa.

¿Por qué estoy nerviosa?

-Bueno... tal vez podrías ayudarme ya que viendo las cosas, fuiste tú la que me tiro. -maldito.

-¡Yo no fui quien te tiro! -grito enojada mientras recojo la bolsa de los medicamento y me doy media vuelta.

-Bonito trasero, niña berrinchuda. -grita el muy sin vergüenza.

-Deja de ver mi trasero idiota. -le digo mientras corro hacia casa de mi Madrina...

Cansada de tanto correr, llegó a la puerta de la casa. Antes de abrir, mi Madrina sale.

-Mi niña, te tardaste demasiado. Estaba preocupada. -me regaña mientras me abraza y me hace pasar a la casa.

-Lo siento Madrina, tuve un accidente con un imbécil en la calle. -le explicó mientras dejó la bolsa de los medicamentos en la mesa y voy a la cocina para servirle un vaso con agua.

-¿Qué fue lo que paso?¿Te hizo algo? -pregunta preocupada.

Yo niego con la cabeza, mientras retomó camino a la sala. Tomó asiento en el sillón junto a ella y le pasó sus pastillas junto a su vaso de agua.

Espero a que ella se las tome y voy a dejar el vaso.

-No fue nada grave madrina, solo que choqué que con el y el dijo que fue mi culpa. Discutí con el y después salí corriendo. -explico rápidamente.

-Hay mi niña, tú nunca dejarás de discutir por más que estés en lo incorrecto. -dice mietras besa mi cabeza y sale a la cocina.

-Eso no es cierto, solo discuto si tengo razón. -digo a modo de defensa.

Su risa resuena por toda la cocina.

-Esta bien mi niña, lo que tú digas. -cuando voy a responder, el timbre de la casa suena. -podrias abrir, terminaré de cocinar la cena.

Cuando camino hacia la puerta, el timbre vuelve a sonar.

-¿Tú? -pregunto al ver al hombre con el que discutí en la calle. El sonríe mientras deja su mochila en el suelo.

-Yo -dice a modo de afirmación -No puedo creer que el destino sea tan bueno y te ponga en mi camino.

-Pues no se que haces aquí, de seguro me seguiste, ¿sabes qué?, llamaré a la policí... -mis palabras se ven interrumpidas por el grito de mi madrina a mis espaldas.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2019 ⏰

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