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« Si me ves llorar es solo que mi orgullo se perdió, me cuesta imaginar que no estarás»

Milan.

Llegó de trabajar y veo a Clarisa esperarme con Timothy alzado afuera de mi casa.

Timothy nunca había salido de mi casa por qué siempre tuve miedo de que lo mate algún perro u algo más.

Estacionó el auto y bajo sonriendo.

- Buenos días Clarisa, hola mi amor - agarro a Timothy y el empieza a ronronear.

- ¿Cómo estuvo su día señorita? - pregunta ella sonriendome.

- Bien, entre que le tengo que contar algo importante, ¿Valentín ya llegó? - ella niega mientras entramos.

- Me dijo que hoy se iba a presentar a una competencia - asiento bajando a Timothy mientras cierro la puerta.

Vamos los tres a la cocina, le sirvo comida al gato y me siento al frente de Clarisa.

- Conseguí una casa para mi - digo triste - pero hay algo que no me deja que me mudé ahí.

- ¿Que tiene? - pregunta preocupada Clarisa.

- No puedo llevar ningún animal - veo como Timothy está sentado mientras presta atención a todo lo que decimos.

- No creo que el señor Valentín tenga problema de cuidar a Timothy - comenta ella.

- Ese no es el tema, ya estoy demasiado sola para dejarlo a el acá, se que Valentín lo va a cuidar pero no va a pasar mucho tiempo con el, eso no me gusta.

- Proba una semana y si no te gusta como están las cosas, te lo llevas a escondidas, total es el gato más tranquilo del mundo.

Asiento mientras pienso bien todo.

¿Con Quien Se Queda El Gato? × WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora