SOÑANDO EN LA PLAYA

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Ella es una dulce sirena y con su mirada me atraviesa, esta tumbada en la playa mirándome apasionadamente, creo que debo acercarme y  preguntarla algo, a ver si así  se le enrojecen las mejillas y me descubre su alma.  Tengo que intentar averiguar de donde ha salido esta joya que me derrite mientras me mira y que me seduce con el brillo de sus pupilas.

Solamente de pensarla me hace mejor persona, quiero besarla, deshacerme entre sus besos, averiguar que es lo que le gusta de mi, pues me asombra su forma de mirarme, creo que la conozco de otra vida, otro tiempo, otro mundo.

Me eleva a la luna cuando me mira, creo que debo llevarla conmigo hacia las estrellas, acariciarla con palabras, sentirla como si me acariciara, me muero por un beso de su boca, de esos que no se olvidan ni en 7 años, ni en 7 vidas.

Quiero soñarla, es como una perla que con su delicadeza arranca mis palabras, las une a su belleza y me expresa con sus pupilas, lo que quiere escuchar, necesito hablarla, que me sienta, que conozca mi voz y se deshaga de amor.

Deseo su esencia como desea un globo un niño, pero no para dejarlo escapar o para romperlo, sino para cuidarlo, amarlo, desearlo, protegerlo, acariciarlo y soñarlo.


Me acerque a ella y la pregunte de donde era, me comento que de mi ciudad, la dije de que barrio y que casualidad que era del mío, seguimos hablando igual que si fuera un sueño, nos relajamos, nos dimos un baño y sin comerlo, ni beberlo, acabamos soñando en la playa con nuestros besos.


La reina de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora