Preludio |8|

654 58 6
                                    

Lo que siguió fue un desgastante mes de médicos, análisis, estudios, entrevistas. El tratamiento principal fue coordinado en el Hospital Universitario, donde ya casi contaban con una membresía, a través del Macmillian Cancer Centre. Aunque aún no se hubiese determinado que el tumor fuera maligno, decidieron ir por la peor vía desde el principio. La doctora Safina, médico consultante del equipo multidisciplinario especializado en cáncer de cabeza y cuello, encabezó el grupo y las guió en la primera etapa de diagnóstico: nasoendoscopía, ultrasonido, aspiración con aguja fina para tomar muestras superficiales, y una biopsia incisional. Una nueva tomografía computada que reconstruía en tres dimensiones todo el interior del cuello, para determinar el espacio que ocupaba el tumor, utilizando un método de contraste con yodo; también se repitió la resonancia magnética, con y sin contraste, para complementar la información de la tomografía.

Con toda esa información, Lauren y Camila decidieron realizar varias interconsultas, no solamente para determinar en qué lugar, y qué médico, sería el mejor para llevar adelante la cirugía de remoción, sino también para evaluar los diferentes caminos de tratamiento. Su derrotero los llevó al Mount Sinai Hospital en New York, donde las atendió el equipo del doctor Hooman, pioneros en un tipo de cirugía, tanto incisiva como reconstructiva, que de alguna manera garantizaba no llegar al extremo que se había planteado de la remoción de laringe. También lograron entrevistarse con el doctor Volker en el Charité University Hospital de Berlín, donde incluso tuvieron la posibilidad de ver funcionando al CyberKnife, un robot guiado a través de imágenes que permite irradiar de manera precisa e inequívoca cualquier tumor, siendo una de las tecnologías más avanzadas del momento.

Por último, viajaron a Viena, al Kroiss Cancer Center, donde el mismísimo doctor Thomas Kroiss las atendió para darles un panorama alternativo de tratamiento post cirugía. Unánimemente, la decisión era la cirugía, la extracción total del tumor, y el tratamiento post quirúrgico determinado por la malignidad de aquel tumor, aunque la recomendación de radiación persistía aun si el tumor fuera benigno.

Benigno era la palabra extraoficial, la que ninguno de los médicos firmaría antes de los resultados de la biopsia, pero a la que todos apostaban por las imágenes provistas, por el seguimiento semanal que se le hacía, donde se había determinado que el tumor no crecía ni se expandía, ni siquiera se inflamaba, como durante el episodio que había ayudado a detectarlo. Había optimismo en su equipo, especialmente en su mujer, que estaba montada en la cruzada personal de que nada de esto afectara en lo más mínimo su vida y la de su familia. Y casi lo había logrado.

Habían justificado los viajes con entrevistas de trabajo, sesiones de casting y promoción; no hubo demasiado problema con los niños porque estaban acostumbrados a que Camila la acompañara de vez en cuando, y todos sus viajes fueron relámpago. Poco las extrañaban, ese tiempo disfrutando en casa de distintos amigos, manteniendo sus rutinas de trabajo, deporte y extracurriculares. Dalia siempre se quedaba con Jane, su mejor amiga, casi hermana.

El tiempo de Lauren en casa era reclusivo; no salía para otra cosa que no fuera ir al médico. Había abandonado cualquier evento social y agradeció por primera vez en su vida que los miembros de la Academia hubieran pasado de ella para una nominación, que hacía años venía siendo merecida. La paradoja, en vez de estar en Los Ángeles recibiendo el premio que siempre había soñado, estaría en un quirófano luchando por su vida.

Make me crazy.  {Próximamente}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora