Diario de una adolescente

CAPITULO 6

Queridísimo diario, estas dos semanas han sido las mejores de mi vida. Jacob y yo hemos estado como siempre, genial. Jay y yo hablamos, bastante, muchísimo, la verdad, aun que creó que los dos nos hemos dado cuenta de que yo no estoy preparada para plantearme si volver con él o no, me encanta el hecho de que ahora nos llevemos bien. Está claro que ha sido una de las personas que más me ha marcado en mi vida y no sé si volvería a salir con él, pero lo que también está claro que es una de las personas que más me conoce y poder hablar y reír con una persona así está genial.Samantha triunfo en su cita del viernes, y he de reconocer que el chico está para chuparse los dedos. Es muy majo y se le ve muy buena persona. El sábado pasado quedamos en el Templo Samantha, Jacob, Stefan (que es el chico de Samantha) y yo. Fue muy divertido. Stefan nos estuvo explicando anécdotas que le habían pasado en su anterior pueblo. Se ve que le gusta jugar al hockey sobre hielo y es amante del básquet, cosa que les dio a los chicos un buen tema para hablar. Jugamos al billar un buen rato y de mientras iba contestando a preguntas que me hacía Stefan sobre Sami, la cual se ponía roja cada vez que yo respondía. Fue una tarde esplendida.Sobre mi hermano y sus amigos no tengo mucho que contar. Mi hermano pasa de mi literalmente. Es como si no existiera y en cierto modo me va bien así. El que se suponía que era mi mejor amigo ya no lo es tanto. Se ha distanciado muchísimo de mí. Bueno él y todos los demás. Esto es lo único malo que ha pasado. Que los chicos que pensaba que había recuperado me han dado la espalda de tal manera que ni hola me dicen. Vale si esto me cabrea un poco bastante, pero he decidido que ya basta de preocuparse por cosas que están fuera de mi alcance. Yo he sido maja, he intentado hablar con ellos, con todos, buenos menos Jack que está desaparecido. Vino un par de días al instituto, pero hará unos tres o cuatro días que no le veo por ningún lado, cosa de la que no me quejo, ya que así no tengo que lidiar con verle y revivir la discusión una y otra vez.Y aquí me veo yo disfrutando de mi sábado por la mañana en la cama y casa sola para variar. Mi hermano se ha ido a no sé dónde, como ya he dicho, no está muy comunicativo conmigo. Mis padres están cada uno de viaje de negocios así que tampoco me los voy a encontrar cuando baje al salón. Sinceramente aprovecho al máximo tener casa sola, pero a veces siento que me falta algo, que no somos del todo una familia. Mis padres, aunque se empeñan en avivar la llama, cada vez que se ven discuten o pasan olímpicamente uno del otro. Es entendible, son muchos años juntos, pero no quieren ver la realidad de que ya no están hecho el uno para el otro. Enserio me jode mucho que mi hermano pase de mí. Es como que yo no le importo una mierda y eso duele. Muchas veces ya ni viene a casa a dormir y yo agradecería mucho un mensaje diciéndome que no va a venir. A parte de Zack esta Steven, mi mejor amigo des de que tengo uso de razón ni me mira cuando nos cruzamos por los pasillos del instituto y es en plan que cojones os he hecho para que me odiéis todos.

Cierro el diario de golpe. Este tema me pone de muy mala leche. Me hace hervir la sangre pensar que yo este matándome pensando que he hecho mal y ellos ni si quiera sean conscientes de que me tortura llevarme mal con ellos. Cojo el móvil y veo un mensaje de Jay diciéndome de vernos por la tarde. La verdad no me parece mal, si no lo contrario. Últimamente se está comportando como el Jay de antes, el Jay bueno y atento que sabe escuchar. Le contesto y al momento me dice que vendrás unos colegas suyos del equipo de fútbol y que quedábamos a las cinco en el parque de al lado de mi casa. Al principio dudé, porque sinceramente la gran mayoría de deportistas son unos cavernícolas, pero también es verdad que con algunos te ríes, y si recuerdo bien los amigos de Jay eran majos así que no hay problema.

Desayuno, recojo mi habitación y un poco la casa, me tuvo a tomar el poco sol que queda. Bueno a decir verdad aquí casi todo el año hace calor, está claro que en invierno hace mucho más frio que en verano, pero aun así hay días que apetece bañarse. Me jode reconocer que estoy tan aburrida un sábado por la mañana. El móvil me aburría, la tele me aburría, en general, todo me aburría, así que decidí abrir a Jay por si quería venir a casa a comer y ya después íbamos juntos hacía el parque. A los dos minutos me dijo que si y a los diez ya estaba picando al timbre.