Demon [Justin Bieber] ¤¤

Capítulo 9.

Llegamos al despacho de la directora. Mis manos sudaban y estaba temblando. Nunca había llegado tan lejos. De hecho, casi nunca me metía en líos. Pero por culpa de Bieber ahí estaba, a punto de ganarme la etiqueta de ‘liante’. Genial.

Miré  a Justin. Se notaba que él estaba acostumbrado en aquél tipo de situaciones, pues se le veía relajado. Su rostro reflejaba ignorancia, cómo si le importara un comino lo que estaba pasando. Pero al fin y al cabo, todo había sido por su culpa.

La bibliotecaria llamó a la puerta.

-          Adelante. – escuché la voz de una mujer.

Abrió la puerta y entramos dentro del despacho. Era de madera, con libros y cuadros a ambos lados. La moqueta roja-marrón ocupaba toda la superficie del suelo. Una enorme mesa de madera llena de papeles se situaba justo delante de un enorme ventanal con vistas al campus. La directora estaba sentada en una enorme silla de cuero con ruedas.

La mujer levantó la cabeza de sus papeles y nos miró. Su rostro cambió por completo al ver a Justin. Se le veía una mujer estirada, con cara de pocos amigos. Un escalofrío me recorrió la espalda. Aquello tenía mala pinta.

-          Sentaos. – nos ordenó.

Nos sentamos a las sillas de cuero delante de su mesa.

-          Gracias Sarah, puedes irte.

Sarah cerró la puerta detrás de ella y nos quedamos los dos solos con la directora.

-          Veo que nos volvemos a ver, señor Bieber.

Justin se limitó a apretar la mandíbula y dejar ir un fuerte suspiro.

-          Y tú debes de ser Lauren Matthews, ¿verdad?

-          S-sí.

-          No me esperaba que fueras una chica problemática, Matthews.

-          No soy una chi... – me interrumpió.

-          Hablarás cuando yo te lo ordene, ¿entendido?

Asentí con la cabeza. Justin trató de no carcajear. ¿Se estaba cachondeando de mí?

-          Vamos a ver. – se acomodó en su silla. - ¿Qué ha pasado aquí? ¿Otra vez con lo del cuarto de limpieza, Bieber?

Fruncí el ceño.

-          No, Karen.

-          Señora Karen. – replicó la directora.

-          Claro, Karen.

La directora respiró hondo e ignoró a Justin. Me miró a mí.

-          ¿Pues entonces que ha ocurrido aquí?

-          Estaba en la biblioteca buscando libros cuando apareció él y me empezó a hablar. Yo le dije que me dejara en paz pero no me hizo caso.

-          ¿Y…?

-          Que me agarró del brazo y yo grité.

Justin rio y negó con la cabeza.

-          ¿Qué es lo que hace tanta gracia, Justin? – preguntó la directora.

-          La cosa no fue así.

-          ¿A no? ¿Y cómo fue?

-          Le pregunté por qué me había pegado el día anterior en el pabellón. Ella me dijo que no me lo diría y yo le cogí del brazo para que me lo dijera. Entonces llegó Harry y me empujó. Y claro, ¿quién cojones se cree que es para ponerme una mano encima?