Capitulo 1: El aventurero Nea.

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Un chico entraba al pueblo a primera hora de la mañana. Su objetivo era llegar a la capital del reino de Avarola. Una tarea nada sencilla. Ya que el fue criado en las montañas, no era raro que tardara mas de un año en llegar a pie a la gran y famosa capital de uno de los grandes reinos que se encontraba en el continente.

A pesar de ser reconocida por que la mayoría de sus habitantes son humanos, Avarola daba habita a un sin fin de especies. Y claro, mientras mas gente existía, mas eran los problemas que se podían encontrar.

Nea había entrado al pueblo mas cercano para poder convertirse en aventurero; una persona que recibe misiones y es pagado conforme a su habilidad. Sencillo, como cualquier trabajo. Nea lo entendía, no era la gran cosa, pero uno de sus sueños era ver el mundo. Siempre siendo aficionado a las grandes maravillas que podía mostrar el mundo, pero su afición aumento cuando supo que los aventureros tenían la libertad de poder viajar y encontrar trabajo en casi cualquier lugar, incluso algunas misiones requerían viajes extremadamente largos.

Su objetivo fue interrumpido cuando supo que podía ingresar a un gremio sin estar en la capital. Al parecer los pueblos cercanos a las capitales tienen su propio gremio que los ayuda con los problemas día a día. Se podría decir que era mas factible que un monstruo apareciera en los pueblos que en la misma capital, ademas, las misiones que se empleaban en la capital eran de un extremo de dificultad que no cualquiera podía cumplirlas.

Muchos de los aventureros se mudaban a los gremios pequeños (sin dejar de viajar) para poder obtener misiones en las que pudieran salir vivos. Nea entendía que para muchos era ridículo y mal visto registrarse en un gremio pequeño, ya que podía ser juzgado de débil. Pero el siempre vivió de esa manera, se acostumbro con el tiempo a que los demás lo vieran con malos ojos.

El cuerpo de Nea era delgado, pocos podían distinguir que tan tonificado se encontraba debajo de sus ropajes. Tenia un pelo negro que era bastante raro ver por los lugares donde se encontraba, sus ojos eran verdes, tanto que se podía ver una gran y hermosa pradera a través de ellos en los que cualquiera quisiera descansar. Para ser sincero, era bastante guapo, emanaba un aura seria y misteriosa, pero, al mismo tiempo, despreocupada.

Caminaba entre las calles del pueblo, viendo todo a su alrededor, sin ninguna preocupación, cuando por accidente choco con un grupo de personas que vestían bastante extravagantes. Sin duda, eran aventureros.

—Oye, chico, deberías tener mas cuidado —Dijo el que parecía el aventurero que lideraba al resto. Aunque había dicho algo que parecía una queja, pareciera que lo decía con la mas buena intención.

Nea quedo estupefacto al ver aquel aventurero, un hombre bastante robusto que se notaba a lo lejos su entrenamiento, pelo plateado junto a una armadura azul con plateado que parecía haber sido hecha a su medida y uno de sus ojos era cubierto por un parche oscuro con bordes azul cielo.

Nea entendía que aquel aventurero sin lugar a dudas era un profesional.

—Oye, chico —Decía el aventurero líder —¿Te encuentras bien?

—Si, disculpa, —Nea parecía que volvía a la realidad bruscamente —estaba en las nubes, prometo que no volverá a pasar lo de hace un momento.

—Exageras, chico. Bueno, adiós.

Nea veía como el grupo se alejaba poco a poco y se imagino un mundo donde él tal vez podría conseguir personas como aquellas, personas a los que podría llamar "familia".

—¡Disculpen! —Grito Nea a todo pulmón y logro que aquel grupo volteara por completo —Hay un lugar al que quisiera ir, tal vez me podrían ayudar.

...

—Vaya, así que quieres ser aventurero, disculpa que me haya reído hace rato, pero es que cuando lo dijiste con una cara tan seria y con ese cuerpo delgaducho que te cargas, no pude evitar casi orinarme en los pantalones.

Hijo De La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora