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Dejando la escena me levante, yo no estaba para aguantar las pataletas de nadie, camine por unos minutos por las calles, haca frio, pero por suerte tenía mi abrigo puesto. Al llegar a la puerta del edificio ahí se encontraba el, y tenía una rosa en sus manos, además de que tenía una sonrisa tierna en su rostro.

— ¿Qué haces aquí?—pregunte un poco sorprendida
— solo vine a pedirte una disculpa—extendió la rosa y yo la tome
— ¿crees que esto lo arreglara?—cuestione
— no lo sé, depende de ti—sonríe
—mmm...
— ¿por lo menos puedo pasar?
—Mmm—sonreí, por alguna razón no podía enojarme completamente
— ¿solo dirás eso?—pregunto
—mmm—repetí
— ¡Alana!—se quejó
— si—conteste

Subimos juntos las escaleras, mientras un silencio nos rodeaba, no era incomodo, pero tampoco acogedor, era algo neutro. Al llegar a mi apartamento, encaje la llave y deje que el entrara primero, pero gran error, pues cuando yo cierro la puerta ahí está el mirándome, con esos grandes ojos y esa sonrisa tierna, pero picara a la vez.

— ¿ por qué me miras así?—pregunte, era un tanto incomodo
—¿ así como?—contesto con otra pregunta
— así como lo estás haciendo ahora—me explico
—es solo mi mirada de siempre, no veo nada de malo—ríe
—si, como digas...
—te diré un secreto, acércate—ordeno y yo obedecí

Sus ojos parecían brillar, y la situación se tornaba incomoda, creo que me costaba mantener la cordura. Se acercó a mi cara, solo a centímetros de mis labios y aparto un mechón de mi cabello.

— el secreto es—susurro
— ¿cuál es el secreto?—pregunte nerviosa
— este

Sus labios tocaron los míos, mientras el me daba un suave y pausado beso, poso sus manos en mi cintura y la apretó un poco haciendo que yo diera un pequeño salto. Me retire lentamente, estaba en shock.

— ¿Qué hiciste?—le pregunte apenada
—solo te he dado un beso
—lo se... pero ese no es el punto
— ¿no te gusto?—cuestiono
— Si... si me gusto ¿pero por qué lo hiciste?
—porque no todos los hombres son iguales—contesto finalmente
—si... pero eso no lo explica—sisee
— pero tal vez... otro lo explique

Y nuevamente acercándose a mí y apegándome a su cuerpo me dio un beso suave que yo seguí, tenía tanto tiempo de no sentir unos labios, de no sentir cariño... y ahora llega el. Pero los hombres no son perfectos y por un defecto resaltan, y el punto es que Zayn es temperamental.

—Alto—susurre en medio de beso
— ¿por qué te detienes?—pregunto
—no sé si realmente me comprendas en este tipo de cosas del amor. De que siempre termina alguien herido, y en todos los casos soy yo
— no lo haría, no haría algo que te lastimara alana
— si lo harás, tienes un concepto erróneo del amor—insisto
— ¿dijiste que te darías una oportunidad?—recordó... me había ganado
— si... pero creo que no lo sé, no me siento segura
— ¿entonces?
—primero que todo no creo que soy el tipo de chicas que busquen los hombres de esta ciudad—reí
— ¿Qué? ¿Por qué eres dulce? ¿O quizás risueña? ¿O por qué tienes la sonrisa más bella de todas?
— ¡no mientas!
—¿ Quieres pensarlo ?—pregunto
—si—respondí
—me iré, pero mañana volveré, solo te pido que lo pienses con cuidado—susurro contra mis labios y me dio un beso corto
—Zayn... ¿ por qué me haces esto?
— Eres linda alana, eres inocente, y eso me gusta—responde sin rodeos
— no me lastimes—pedí
—no lo haré, ni porque se encuentren mal las cosas lo haría

Zayn se marchó, mientras que yo quede en casa y dedique tiempo para mí, a leer un libro a comer, a consentir mi cuerpo, entre otras cosas, además estaba considerando la idea de renunciar a ese trabajo. Pero obviamente dentro de todo eso, el asunto principal era lo que había pasado horas atrás con Zayn.

Desperté, hice mi habitual rutina de aseo y tome rumbo hacia la universidad, tome las clases que tenía y camine cerca de mi trabajo hacia una vieja cafetería que por ahí se encontraba, era económica, ahora no me podía dar el lujo de gastar en restaurantes finos.

Al entrar me siento en una mesa, saco una revista de mi bolso y le empiezo a echar un ojo, un carraspeo de garganta se escucha. Pero no me molesto en mirar solo respondo con un simple — ¿ujum?—

— ¿Que desea tomar?—pregunta esa voz, quito mi vista del artículo que estaba leyendo y me encuentro con ese chico ¿acaso me sigue?
— ¿Zayn?—pregunto con asombro
—así es—sonríe
— ¿qué haces aquí?
—Aquí trabajo, como puedes notar, a unas calles esta tu trabajo—ríe
— a veces pienso que me sigues—burlo
—mmm no

La campanilla del local suena con desespero, todo los que en el sitio se encontraban dirigieron su mirada de donde provenía y el ruido, y ahí se encontraba esa mujer del otro día, labios color dinamita, cabello negro azulado y ojos cristalinos.

— Hola Zayn –pronuncio coquetamente

A Zayn pareció molestarle su presencia, y se vio reflejado en el gesto de fastidio que hizo, yo por mi parte seguí leyendo mi artículo, hasta que llego otro chico a tomar mi orden.

— ¿tu orden es?—pregunto
—pediré un sándwich especial, con un batido de banano para llevar
— listo estará en unos diez minutos—sonrió y luego apunto en su pequeña libreta
—gracias
—toma nota niña: se nota a leguas que te gusta Zayn
—¿ quién carajos te has creído para hacerme ese tipo de pregunta?—cuestiono con rabia—en primer lugar aquí eres un simple empleado que toma ordenes, y en segundo el cliente siempre tiene la razón, así que no busques que hable con el administrador de este maldito lugar—gruño y el chico se sorprende y se marcha.

Al mirar por la ventana se encontraba Zayn discutiendo con la chica, mientras ella trataba de acercarse, él la retiraba, y llego un momento en que la empujo. Yo seguí con lo mío, la orden llego antes de lo esperado, al salir de la cafetería la escena no fue la mejor, pues aquella mujer se encontraba besando a Zayn.

Yo no tenía por qué demostrar celos ni nada por el estilo, seguí con mi camino, era lo mejor que podía hacer.


n.

Dark Angel [Z.M.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora