⚔️Capítulo 2: Un par sin conocimiento.

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Todos sabíamos que existía, pero la verdad es que nadie lo había visto y los pocos que si, decían que fácilmente se podría perder en el monton por lo simple que era. El príncipe Jullian era el heredero de los Katsu, aún siendo el menor de la familia, era el doncel y él hombre, algo único de él.

Un doncel, como creo que lo puedes suponer, es un hombre que puede dar a luz y según las profesias sería el Doncel quien uniría los pueblos en uno solo. Por eso es que a Jullian lo cuidaban mucho, ese fue el problema de hecho, lo cuidaron en exceso.

En cambio yo, nací en los pueblos más lejanos del reinado Leroy, nunca pude conocer a mi madre, pues murió al darme al luz y mi padre solo bebía y bebía, no se puede decir que tenga bonitos recuerdos con él.

Salí de mi casa una mañana, donde el día estaba seminublado y la gente andaba con prisa, como era la costumbre. Caminé hasta el bosque, era un lugar muy peligroso pero poco nos importaba a mi prima y a mi.

-¡Viktor!

El grito de mi prima me hizo voltear a ver el sendero de rocas.

-¡Mila!

La niña de 7 años que tenía un vestido que en algún momento pudo haber sido rosa pero ahora tenía más tonalidades grises que rosas, su pelo era una maraña roja heredada de su padre y los ojos azules de los Nikiforov tan característico.

Yo en cambio, también tenía los ojos azules, pero por causas raras y yo creo que es heredacion de mi madre, mi pelo era plateado, aunque por mí falta de agua se veía ya gris también.

Subimos el acantilado, con cuidado a no caer y morir para llegar al árbol de manzanas; era comida gratis y había veces que las vendíamos por un pedazo de pan o un vaso de agua si era necesario.

También desde ahí se podía ver a lo lejos el reino de los Leroy.

-¿No sería perfecto poder vivir ahí?

-¿Qué?, ¿En el reino?

-Si, imagina solo todos los lujos que tendríamos, nunca volveríamos a quedar sin hambre y estaríamos limpios.

Mila soñaba y yo solo me encogí de hombros, mucho escaparate y demasiada elegancia para mí.

-Me conformaría con tener para bañarme y poder comer todos los días…

Cuando me pongo a reflexionar, veo que  final de cuentas mi sueño tenía un costo tan grande que jamás vi a ciencia cierta cuando llego a cumplirse, solo se que se cumplió.

Los días eran así en mi vida, comiamos hasta sasearnos y agarrabamos unas manzanas e íbamos a venderselas a Yakov.

-Los niños de ojos azules.- Nos dice el hombre con su cara de amargado.- ¿A cuánto me venderán hoy esas manzanas?

-Usted le pone el precio, señor Yakov.

Antes de que pudiéramos contestar escuchamos un fuerte sonido y los militares que comúnmente están vigilando empezaron a llevar a la gente a la plaza.

-No se separen.- Yakov nos agarro de la mano, uno a cada lado y cuando alguien preguntaba decía que éramos sus nietos.

A veces lo extraño, ese hombre no tenía nada, solo a su exesposa con la cual casi no se llevaba, aunque el la seguía amando.

Llegamos a la plaza cuando vimos al coronel a lado de un hombre muy golpeado.

-¡Esto es lo que pasa a quienes no quieren pagarle al rey!, ¡Los impuestos son obligatorios, no opcionales!
Me sentía mal por ese hombre, pero no entendía porque la gente tenía que pagarle a alguien que literalmente, no hacía nada.

-Yakov.-Me atreví a preguntar

-Dime

-¿Por qué le piden dinero a quien no lo tiene?

Ese dia, Yakov solo ignoro mi pregunta como hasta la fecha, nadie nunca me ha podido responder esta pregunta.

-Pero… pero no ¡No tengo nada!, Tengo 3 hijos y mi mujer está mueriendo.

-¡Eso no le interesa a los reyes!

Odiaba este mundo, odiaba que se le pagará a quien no hacía nada, odiaba como vivíamos en la pobreza y los reyes se burlaban de cómo moríamos de enfermedades que dolían.

-Disparen!- Dió la orden el coronel y tres soldados agarraron al sujeto, lo desnudaron y le cortaron su cabeza enfrente de todos

Mila escondió su cara en el brazo de Yakov y yo solo apreté más mi mano mientras imaginaba que quien moría no era él, si no el coronel.

Todos nos fuimos poco a poco, Yakov volvió a su puesto, donde en ese momento paso un soldado y le exigió el pago.

-son unos desgraciados.

Yakov solo asintió con la cabeza y nos dio un vaso de agua a ambos, también nos dejó quedarnos y ayudarlo a llevar los objetos para llevarnos un pedazo de pan a nuestras casas.

Ya en la noche, cuando despedí a Mila y ella se fue con su mamá, yo parti a mi casa, donde como siempre mi padre ya está ahí con su vaso de alcohol.

-¿Quieres pan?

Pero ya estaba dormido, así que agarre un plato y le dejé poco en la mesa, el sabía que lo conseguía con Yakov, en algún momento fue a darle las gracias por cuidarme.

Preferí guardar lo que sobraba, quizás mañana no hubiera que comer y lo necesitará.

Ya listo me metí a lo que podía llamar cama y me tape con esa manta que hacía años que nadie la lavaba.

Mi cuarto tenía un pedazo de techo caído, donde veía las estrellas y sentía que ellas me vigilaban, con la promesa que algún día podía vivir en un mundo mejor…

Me quedaba viendo mucho tiempo el cielo, haciendo figuras con las estrellas, pues no conozco de constelaciones.
De pronto escuché un ruido de afuera, como un tipo de ladrido.

-¿sera un lobo?

La idea misma me emocionaba y aterrorizaba, no es que odiara a esos animales pero sabía lo salvajes que eran y el cuidado que les tenía que tener.

Salí a ver, al final de cuentas, mi papá estaba dormido y no despertaría hasta los rayos de la mañana, por lo cual no debía preocuparme.

Volví a escuchar el sonido no tan lejos de mi casa, por los matorrales. Tuve cuidado y empecé a abrirse camino con las espinas hasta que lo vi.

-Eres un perro bebé.

A mí vista solo había un perro color café, lastimado de una pata. Por lo que cargue y lo acaricie hasta que se calmó, luego lo lleve al lago más cercano y con unas hojas especiales le cubre su herida, el animal estaba feliz conmigo.

-Me hace falta un amigo, así que te llamaré Makachinn y vivirás conmigo.

Me importó un bledo las protestas de mi padre, también lo defendí a capa y espada hasta su último aliento. Puedo asegurar que el fue mi amigo más sincero y el ser vivo más fiel…

Hola.

Yo no soy tan expresivo como Jazz y no me agradan los emoticones.

Soy Edwin, tengo 18 y me encargare de ser quien cuente la historia de Viktor.

Si se habran dado cuenta las historias no son contadas en la misma línea del tiempo, ninguna parte de hecho.

Viktor inicia de su infancia, lo de Curisiva que representa a un Viktor más adulto.

En el caso de Yuuri inicia desde un punto clave de su noviazgo con Viktor y la persona de cursiva ya es un anciano.

Por el momento es todo lo que deben saber, yo soy Viktor, Jazmín es Yuuri.

Nos vemos hasta dentro de 15 días.

El principe perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora