⚔️Capítulo 3: Un viaje que te hace abrir los ojos.

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Era un día como cualquiera, yo jugaba con mi perro cuando mi papá llego más temprano de lo normal, sobrio.

-Hola Viktor

Saludé con la mano, no le ponía importancia.

-Salí temprano, pero debo ir a un pueblo a hacer unas entregas, así que para que no te quedes solo te iba dejar con mi hermana...

Empecé a quejarme de que no quería estar con ella; mi tía Victoria era una mujer sin nada de cuidado, siempre de la pasaba guisando o tejiendo, jamás hablaba o cuidaba lo que hiciéramos.

-Ya se que no te gusta Vitenka, por eso mismo me encontré de paso a ese mercader que le vendes las manzanas que bajan tu y Mila del barranco... Dice que pueden acompañarlo al reino de los Nishigoris.

Al terminar de escuchar, me pare y dije que si mil veces mientras saltaba de felicidad, para solo ver a mi papá asentir.

Mi padre era un hombre serio y borracho, no tenía nada de especial y jamás fue alguien que recordará por alguna hazaña.

-Entonces ve por la niña y váyanse, que los está esperando.

Salí corriendo por mi prima y cuando ambos estuvimos fuimos a donde siempre está el hombre.

-¡Señor Yakov!

Vi al hombre voltearse y responder nuestro saludo, claro que siempre sin sonreírnos.

Nos indico que subiera nos a la carroza, en la parte de atrás para quien cuidarnos que nadie agarrara las cosas o que se cayeran por accidente mientras el dirijia a los caballos.

Fui un viaje muy hermoso en la ida, recuerdo mucho los verdes pastizales, las flores que desprendían un hermoso aroma, también estaban los sonidos de diversas aves que no hacían más que satisfacer los oídos con su melodía.

Siempre amé la belleza de la naturaleza, pero nunca tanto como esa mañana.

-Es hermoso.- me atreví a decirle a mi prima.

-sin duda, Vitenka.

Seguimos el camino un rato más hasta que vimos el reino, no era uno muy próspero pero para llegar a reinos como el de Crispino o Katsu debes pasar por ahí.

Sin embargo los reyes no eran unas personas muy amigables, recuerdo una vez decir a mi padre "esos reyes no saben gobernar, toda esa gente está triste."

Claro que mi papá entendía que era un niño y aun niño no le puedes decir la verdad tan directamente porque no lo va entender y lo va confundir.

Llegamos al reino y fuimos directo al mercado, donde estuvimos haciendo trueques, intentando no perder de vista a Yakov.

Para mí mala suerte me separé de Yakov y Mila. Cuando me di cuenta que no estaba con ellos empecé a caminar en círculos, intentando ver entre varía gente solo vi cuando a un joven de menos de 16 se lo llevaban unos guardias.

-¡Suéltenme ratas estúpidas!

El chico tenía los ojos verdes esmeraldas muy bonitos y su cabello castaño claro. Se veía muy golpeada y una enorme cólera empezó a inundarme.

Yo creo, después de tanto que justo en ese momento nació "La leyenda viviente."

Con apenas 8 años seguí a lo guardias olvidando mi objetivo principal que era encontrar a Yakov. Esta tan deseoso de saber que iba a pasar y no pensaba a ciencia cierta las consecuencias de mi acto.

Llegaron a un lugar no muy lejano de ahí y pude treparme a un árbol cercano para ver mejor y no ser descubierto.

Entonces, si mis memorias no me fallan, ahí es donde nació, aún de forma apagada mi leyenda.

El principe perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora