Prólogo

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– Elsa, tranquilízate – intentaba calmarme mi hermana, mientras me sujetaba.

– ¡No me tranquilizaré Ana! Hasta que ese idiota no salga de aquí, no estaré tranquila. – comenté molesta, observando detalladamente por si algún objeto se movía.

– Es su trabajo – respondió, defendiéndolo.

– Al igual que ya hago mi trabajo. Ana, entiende... no dejaré que ese "fantasma" arruine mi pueblo. Intento alejarlo antes de que ocasione daños solo por creer que esta salvando el mundo.

Una vez dicho eso, volteo para dirigirme a mi pueblo. Estos se encontraban aterrorizados. Se les notaba el miedo que tenían, y todo por culpa de Jack Frost. No me gustaba ver a mi pueblo así, tenía que actuar rápido antes de que alguien saliera herido.

– ¡TODOS ADENTRO! – grite mientras abría la puerta de mi castillo. El pueblo entero entro para protegerse por varias horas, las que fueran suficiente.

Aún furiosa, salí rápidamente para tener una charla con Jack Frost. No sin antes ordenarle a Ana que atendiera a nuestro pueblo nervioso.

Al salir, no me fue difícil hallarlo. Este rápido apareció.

– ¿Puedes alejar a tus amigos? Pones a mi pueblo nervioso con tus juegos de fantasmita – se burla.

– ¿Mis juegos de fantasma? Estoy salvando tu estúpido pueblo. – responde igual de molesto.

– Pues no esta funcionando, solo lo arruinas.

– Tu eres la que no los proteges. Si se quedan en tu castillos, Pitch tendrá la oportunidad de matarlos a todos.

– ¡Ya basta! Solo aléjate de aquí y todo resuelto.

– ¡NO ENTIENDES NADA! – grita molesto – ¡HAZME CASO, SÉ LO QUE HAGO!

Tenía tantas ganas de golpearlo o congelarlo al igual que sus amigos "fantasmitas". Estaba molesta, esta no era la primera vez que ocurría. Siempre arruinaba todo mi pueblo, haciendo que yo lo organizara después del desorden que provocaban. Ya estaba harta del mismo juego por tercera vez.

– Esta no es la primera vez que haces esto, yo tengo un puesto que mantener. Intento proteger a mi pueblo por tu culpa. Como su reina, no dejaré que les ocurra algo. ¿Entendiste? ¡Así que lárgate de una maldita vez idiota!

– Si, una reina terca. Te ordeno a que alejes a tu pueblo. – se acerca a ella – Vayan al bosque, a lo que esto termina.

– ¡YA BASTA! – grito nuevamente, ya estaba cansada de lo mismo.

Una presencia llegó hasta nosotros dos. Haciéndonos sobre saltar. Solo era el padre troll.

– Por favor, dile que se aleje de mi pueblo.

– Hazle entender que su pueblo corre riesgo – responde al mismo tiempo que yo.

El padre, aún frente a nosotros, no dijo nada. Este, solo cerró sus ojos mientras decía unas palabras. Las cuales Jack ni yo entendíamos. En un par de segundos, sentí como mi cuerpo era absorbido hasta el de Jack. Para luego desmayarme en pleno ataque hacia mi pueblo.

Un pequeño, pero gran cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora