El bar

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Mientras iba manejando en compañía de Astrid, veía como ella observaba el paisaje de la cuidad en ruinas, su rostro se miraba triste. De pronto ella volteo a verme y rompió el silencio que había entre nosotros.

- Y... ¿qué has hecho todo este tiempo?
- Pues..., después de que asesinaron a Lexi, yo me mude afueras de la ciudad, para tener una vida más tranquila, ya sabes lejos de todo esto, pero me he dedicado a pintar.

Yo no soy de las personas que cuentan su vida, pero Astrid era una de las pocas personas que se había ganado mi confianza. Me gustaría volver a retomar aquella amistad donde ella y yo éramos inseparables, como los viejos tiempos.

Astrid sabía algunas cosas que realmente no me gusta hablar sobre ellas, pero a pasado mucho tiempo, la gente cambia y hay cosas que ahora ella no sabe. Por ejemplo, que padezco de problemas psicológicos, se que ella no me juzgaría, pero prefiero no decirlas, tarde que temprano se enterara.

Llegando al bar

Aiinek se encontraba en una mesa en el fondo, ella estaba con otras personas riendo. Ella es una persona que a pesar de todo siempre se esta riendo. Mientras me dirijo hacía donde se encontraba Aiinek, la gente paró su fiesta y sus miradas se clavaron en mi.

- ¿Porque esa toda esta gente me mira?
- No es a ti es a mi

*Aiinek se levanto de la mesa y se dirige a saludar a Fernando*

-Hey Loco! *exclamo gritando*
- Hola Aiinek! que gusto verte ¿Cómo va todo por aquí?
- Estoy bien..., me relajo aquí en el bar ya que la ciudad no deja de estar en caos, por cierto ¿quien es la chica bella que te acompaña?

- Es una vieja amiga, su nombre es Astrid, de hecho la traje aquí porque quería que la conocieras y tiene una propuesta para ti que podría interesante. *guiñaba el ojo con una sonrisa*
- Esta bien..., vayan a la mesa que esta allá y ahí los veo. Yo invito los tragos. *sonreía*

Mientras ellos charlaban acerca de la propuesta que tenía Astrid, Aiinek aceptó la propuesta ya que le parecía una buena idea.

- Me parece buena idea me apunto.
- Ves! te dije que era buena idea invitarla.
- Perfecto! Bienvenida!

*Aiinek y Astrid estrechan las manos*

Horas más tarde

- Bueno me tengo que retirar. Nos vemos maña a las 9:00 a.m. ¿les parece?
- Esta bien aquí nos vemos.
- ¿Quieres que te lleve a tu casa?
- Si por favor

Tome mi coche y me dirigí hasta la casa de Astrid. Después de haberla dejado en su casa, me dirigí hacía el camino que llevaba a mi casa. Mientras manejaba, miraba el cielo estrellado, sentía como el aire fresco chocaba en mi rostro y me llegaron un par de recuerdos con Lexi, ya que cada noche nosotros solíamos acostarnos en el pasto mientras admirábamos las estrellas

Continuara...

Derramando sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora