Capítulo 2

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Narra Karol

Chiara llorando en su cama, boca abajo.

-¿Estás bien? -pregunto.

-Sí.

-No se nota -contesto haciendo una mueca.

-Cállate.

-Okay -digo y me siento a su lado.

Qué dos meses más largos me esperan...

-¿Por qué estás mal? -pregunto cruzándome de piernas.

-¿No entiendes el "cállate"? -me mira enojada.

-Lo que entiendo es que si quisieras que me fuera me echarías..., yo también tuve tu edad alguna vez -contesto y ella mira hacia un lado callada.-. Mira, sé lo que sientes. Ese sentimiento de querer estar sola, pero al mismo tiempo que alguien esté contigo, tan solo haciéndote compañía. Si no quieres que hable, no hablaré. Pero me quedaré sentada aquí hasta que quieras desahogarte -agrego firme. Ella vuelve a recostarse y luego de un momento me vuelve a mirar.

-Es Ruggero -contesta.

-¿Qué sucede con él ademas se poder ver a simple vista que es un gruñón? -pregunto y ella me mira mal.-. Lo siento -murmuro.

-Es verdad -se encoge de hombros y se sienta como indio, al igual que yo.-. Él... me preocupa. Y no entiende que no me era fácil decirle que la idiota de su exnovia lo estaba engañando, entonces había optado porque él se diera cuenta solo con ayuda mía -se soba la nariz.

-¿Y no sabes el por qué de su mal humor por todo? -pregunto.

-Sí, lo sé. Quiero ayudarlo pero no sé como -baja la mirada volviendo a llorar.

-No es necesario decirme lo que sucede. Además, no me conoces. Pero las pequeñas cosas hacen diferencia, ayudadlo dándole amor, tratando de comprenderlo, tratad de sacarle una sonrisa siempre que podáis.

-Creí que ibas a ser una total pija amargada e histérica -ríe.

Recuerdo que me había dicho eso cuando yo estaba debajo de su red.

-Gracias, supongo -río.-. Y yo creí que no íbais a ser tan complicados, todos nos equivocamos -ella suelta una carcajada.- ¿Qué quieres comer?

-No lo sé, cualquier cosa -se encoge de hombros secándose sus ojos con las mangas de su campera.

-Okay, pediré pizza -salto de la cama y salgo de la habitación brindándole una sonrisa.-. Una pregunta. Vosotros merendáis, ¿no?

-Sí, esta es la hora de la merienda de siempre..., aunque no siempre estemos en casa. Los que merendamos somos Luca, yo y le das leche a Mia... A veces, pero muy pocas veces, se unen a nosotros Liam y Ruggero, pero Liam no está y Ruggero no creo que quiera bajar -dicho esto yo asiento y me dirijo a la cocina.

Cojo galletas las coloco en un plato, también hago un par de chocolatadas y le preparo el biberón a Mia.

-¡Chicoooos! ¡La merienda! -grito limpiándole la boca a Mia, que está en mis brazos tomando su biberón.

-¿Qué hay de merendar? -pregunta Luca llegando al patio.

-Galletas y chocolatada -contesto con una pequeña sonrisa.

-¿Otra vez? -dice triste mientras se sienta.- Siempre son galletas.

-Si queréis para mañana os hago algunas galletas con chispas de chocolate, o tarta,... -contesto y baja Chiara con el móvil en sus manos. Se sienta aún escribiendo y yo observo como escribe. Dios mio..., que velocidad. Termina de escribir y deja el móvil sobre la mesa.

Cuidando a los Pasquarelli - PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora