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Natalia paseaba tomada de la mano junto con su novio (t/n) (t/a), el joven representante de (t/p).
A pesar de que era más como un acuerdo político y comercial, (t/n) de verdad gustaba de la ex-soviética.
La mayoría del tiempo ella actuaba de una manera grosera y fría.
Pero había unos momentos donde ella se portaba de manera cariñosa y amable.
× ¿Y cómo va el acuerdo, hermanita?- pregunto nada más y nada menos que la representación de Rusia, Iván Brangiski.
+Bien, (t/n) es muy tierno conmigo y me cuida bien -respondió alegre la chica.
× ¿Es cierto eso, (t/p)?
- Si- dijiste un poco asustado, pues a decir verdad, la presencia del ruso te ponía nervioso.
× Bien, es tarde, me quedaré a dormir y tomaré un vuelo a Moscú mañana por la mañana- finalizó el ruso.
Al contrario de como se pensaría, Natalia se volvía más dulce y tierna ante la presencia de Rusia, incluso estando ahí (t/n).
Llegó el momento de dormir y el joven oji-(-) ya se encontraba acostado en su cama, esperando a su amada.
+ (t/n)~ dijo Naty con una voz seductora.
- Bielorru.... el joven quedó callado ante aquella visión.
La joven de cabello plateado largo y ojos azules, se encontraba con un hermoso conjunto de ropa interior de encaje color negro, dejando ver todos sus "atributos".
El un rápido movimiento ya se encontraba besando los labios del joven (nacionalidad), fue tal su sorpresa que no pudo controlar cuando la chica bajo sus manos al miembro erecto de (t/n).
+ Hoy voy a consentirte un poco, no te ilusiones- dijo en un tono bajo, dándole una pequeña lamida.
Esa noche definitivamente sería buena para (t/n).
A Bielorrusia no le importaba en lo más mínimo (t/n) pero haría lo que sea para hacer feliz a su hermano. Aunque tuviera que estar con otro hombre.
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