Sonaba la alarma, pasaron cinco minutos y por fin cumplió el objetivo de despertarme. Me desperté con una cara terrible, así que después de vestirme lo primero que hice fue echarme agua en la cara. Estaba fría, pero me despejó lo suficiente como para ir al examen sin cara de muerto.
Salí de mi casa, el gato de la vecina no estaba, era extraño, dado que siempre estaba presente a la misma hora para arañarme o, como mínimo maullarme muy fuerte. No voy a decir que le echara de menos, pero me pareció instintivamente la indicación de que algo peor iba a pasar.
De todas maneras llegué a la hora al instituto, y no me sabía una parte importante del examen. Me dormí ayer antes de llegar, así que tengo que estudiar eso antes de la hora del examen.
-Pasaron unas horas.-
No se como pero creo que conseguí acabar el examen con lo que calculo que es un 8.6, así que estoy bastante contento. Fui a mi habitación y me relajé un poco, ya era hora de descansar. Ese era el último día de clase antes de las vacaciones de verano. Puede parecerte una buena noticia, pero al menos para mí no lo es.
En verano hay un montón de mosquitos y sol, ergo calor y picaduras. Aun así, todavía no ha llegado una ola de calor, eso significa que, al menos por ahora, estoy a salvo de una insolación.
Ya es hora de dormir así que me dormiré.
-Ring, ring, ring.-
¡No saben lo que es dormir, me acaban de despertar a las tres de la mañana, y todos saben que si haces algo a las tres de la mañana automáticamente es paranormal! Tomé el teléfono pero no parecía ser un amigo ni nada de eso. Una voz femenina decía "abuela, abuela". Estaba a punto de decir que se había equivocado de número pero ella estaba a menos tiempo de decir algo mucho más interesante...
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Dragones de plastilina
Teen FictionEsta historia esta empezando a tomar una forma mínimamente aceptable. Puede que te llegue a gustar si te molestas en leerla. Aun así no me hago responsable de cualquier daño que te pueda ocasionar la narrativa de esta historia.