Estaba en un problema, ¿como salir de ahí con un gato muerto?. Estaba la opción de salir por la puerta principal, esa era la peor. En aquel momento parecía buena idea colarse en el conducto de la ventilación, como en las películas, así que lo intenté. Moví la cama en la dirección del conducto, después me di cuenta de que podía mover la silla de al lado del escritorio. -Demasiado tarde- exclamé para mi mismo, en ese momento casi me libro del problema del manotazo que me pegé en la cara.
Ya estaba dentro, el mayor inconveniente de todos fue que en las películas el protagonista no llevaba un gato muerto, así que en estas película no daban la solución al olor a podredumbre. Sin embargo todo salió mejor de lo esperado.
Llegué a la primera planta, solo quedaba salir por la puerta trasera. En ese momento sentí el frío tacto de lo que a juzgar por la situación, era una pistola.
-Alto ahí- exclamó una voz femenina pero tosca. -¿Eso es un arma?- Pregunté sintiendo un helado escalofrío. -No, si quieres es tu abuela.- Dijo en un inamigable tono irónico. No pude evitar reír por lo ridícula que era la respuesta a mi pregunta. -¿Que quieres?- dije. En ese momento un hombre alto musculado y de la tercera edad salió del ascensor y exclamó -Tu culo.- Eso era poco esclarecedor. -Deja las bromas.- Dijo la que hace un momento había hecho una sobre mi abuela.
-Tal vez no sea el mejor momento para preguntar esto pero... ¿Que pintó yo aquí?- Cállate despojo- Exclamó la chica, cuya cara por fin pude ver. La verdad, cumplía bastante bien los estándares de belleza occidentales, salvo por el detalle de que su nariz era enorme. No pude evitar hacer una mueca al verla.
-¿Que, es que no está bien ajustada?- Se quitó la nariz como si nada, en ese momento me di cuenta de que en realidad no tenía nariz. La chica vestía con un traje bastante formal y áspero, mientras que aquel hombre vestía bermudas y una florida camiseta. Los dos olían igual o peor que el putrefacto gato que llevaba en brazos. La chica de unos veintitantos años me golpeó con la pistola. -Podrías comportarte mejor con los sacrificios, dijo el hombre.-
¡¿Cómo que sacrificios?!. -Casi automáticamente me volvió a golpear...
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Dragones de plastilina
Teen FictionEsta historia esta empezando a tomar una forma mínimamente aceptable. Puede que te llegue a gustar si te molestas en leerla. Aun así no me hago responsable de cualquier daño que te pueda ocasionar la narrativa de esta historia.