✏ Capítulo 6

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Kyungsoo regresó a la sala junto a los demás y se sentó en su sitio, minutos después Jongin hizo lo mismo sólo que traía en sus manos una taza de té que dejó frente a él. Por cierto, era su favorito. Ese que el moreno le preparaba cada vez que se estresaba por culpa de su trabajo. Kyungsoo se la pasó el resto de la velada mirando la taza de té y hundido en sus pensamientos, se perdió algunas conversaciones, pero volvió a la realidad cuándo Luhan anunció que ya hora de marcharse. Los demás lo siguieron también, Junmyeong y Jongdae se despidieron con la promesa de éste último hacía Kyungsoo de hablar luego. Yixing se quedaría a pasar la noche en casa de Sehun. Y eso sólo dejaba a Kyungsoo y a Jongin. Pero el pelinegro simplemente se despidió y se fue, importándole poco que Jongin lo siguiera hasta la puerta de su casa, estaba realmente molesto con el moreno.

—Creo que debemos hablar —Jongin le habló una vez que estuvieron frente a la puerta de su departamento.

—No, no debemos hacerlo. —Kyungsoo ingresó a su casa dispuesto a cerrarle la puerta en la cara al otro, solo que éste no se lo permitió e ingresó sin permiso, empujándolo. Kyungsoo bufó molesto y lo dejó, sin ánimos de nada.

Jongin lo tomó del brazo cuando el pelinegro estaba por marcharse a su cuarto y tiró de él hasta hacerlo chocar de espaldas contra la puerta, haciendo cerrar ésta de golpe. Kyungsoo le dirigió una mirada asesina y le gritó:

—¡¿Qué se supone que haces?! —El más bajo intentó apartarse de Jongin cuando éste lo acorraló con su propio cuerpo, apretándose contra él.

—Te sonrojaste con Luhan —Jongin soltó—. Solo yo puedo hacer que te sonrojes —le declaró con voz ronca mirándolo directo a los ojos.

Y Kyungsoo no sabe. No sabe si fue solo producto de su imaginación el ver esos orbes castaños más oscuros de lo usual.

—¿Qué es lo que estás dicie...? —

—Estabas tocándolo, solo puedes tocarme a mí. —Jongin besó su mandíbula y su cuello, mordisqueando la piel a su paso, estremeciendo al más bajo.

—Jon-gin —suspiró Kyungsoo cuando el nombrado levanto sus brazos hacía arriba, sobre su cabeza.

—No me importa si fue o no tu novio, solo quiero que seas mío ahora... Desde ahora —y Jongin lo besó.

Lo besó con brusquedad, mordiendo sus labios sin un poco de suavidad o cuidado, haciéndole una pequeña herida al inferior que luego se encargó de succionar y lamer. Kyungsoo gimió por ello, Jongin estaba provocándolo tanto.

—¿Es-estás celo-so? —consiguió preguntar el más bajo una vez que Jongin se apartó dejándole ingresar aire a sus pulmones.

—Si... —Jongin admitió mientras le quitaba el saco. —Estoy celoso... Tan malditamente celoso.

El moreno liberó los brazos de Kyungsoo y lo tomó de la cintura para presionar sus erecciones juntas haciendo gemir a ambos en el proceso, y Kyungsoo no podía pensar con claridad, se sentía deseoso, excitado. Porqué, ¡Dios! Jongin le quitó la remera en un abrir y cerrar de ojos, lo alzó contra la pared mientras él mismo enredaba sus piernas alrededor de la cintura del alto, y atacó sus tetillas con sus dientes, con su lengua, consiguiendo hacerle sentirse caliente y más caliente. Kyungsoo no pudo quedarse quieto, no pudo quedarse callado. No cuando Jongin le estaba desabrochando los pantalones con una fuerza animal. Él mismo se ocupó de sacárselos de las piernas a patadas mientras se ocupaba de cosas más importantes, como quitarle el polo y la camisa a Jongin, intentando no ponerse a pensar dónde había quedado el camperón de éste.

Jongin lo volvió a besar mientras que con dedos nerviosos de apuro Kyungsoo consiguió meter su mano dentro de sus pantalones para bajárselos. El moreno le quitó los bóxers, o se los rompió, no lo sabía con exactitud pero de un momento a otro la mano grande y cálida del menor estaba sobre su miembro acariciándole con una rapidez que solo consiguió distraerlo de su tarea. Gimiendo su nombre, Kyungsoo le pedía a Jongin un poco más y éste sin poder evitarlo sacó su propio miembro de sus ya desabrochados pantalones para penetrarlo. Sin preparación ni espera. Tan rápido y profundo que Kyungsoo no pudo sentir más que placer, viendo fuegos artificiales detrás de sus párpados cerrados. Soltando gemidos ahogados sobre el cuello de
Jongin, siendo empotrado una y otra y otra vez contra la puerta de su departamento, sin cruzársele por la cabeza que algún vecino suyo pudiera pasar por allí esa madrugada y escuchar todo aquello. ¿Pero cómo podía siquiera razonarlo cuando Jongin estaba gruñendo en su oído, arremetiendo deliciosamente contra él y clavándole las manos en la cintura?

He's Not Afraid [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora