Capítulo V

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Narrado por Kagami

Voy a cumplir casi dos meses con la familia Aomine, me siento como nuevo, me duelen un poco las costillas, pero las heridas ya están cerradas; tuve hace dos semanas mi primera ducha real, fue menos trágico de lo que pensé, pero no por ello menos vergonzoso; mi nerviosismo se fue cuando me concentré en ver a Aomine todo mojado mientras me bañaba, no obstante volvió cuando me secó. Escuché a la Sra. Aomine decir que pasado los tres meses me tendrán que operar, no quiero saber de qué, pero me lo imagino muy bien y me aterra... no he intentado aparearme con nada ni nadie, es decir, no soy un perro en su totalidad, solo me he revolcado en la ropa de Aomine un par de veces, pero en mi defensa... solo para sentir su olor.

Cada vez que pasan más días he sentido que me comporto como un can y pierdo mi consciencia, si hasta he ido a buscar pelotas cuando Aomine las lanza; me lleva a pasear distancias cortas para no causarme molestias... creo que lo más preocupante fue cuando en el patio perseguí a un gato... no quiero perderme, no quiero despertar y no recordar mi vida, los momentos con mi familia, mis amigos... Aomine; debe existir una forma de volver a ser yo, pero no se cual...

No es solo eso lo que me hace querer volver tan fervientemente, sino que también, las cosas que he presenciado; si bien he tenido gratos y hermosos momentos con los Aomine, hay otros en los que realmente me han hecho sentir como un inútil, quiero protegerlos y no puedo mientras siga en este cuerpo; he visto a Aomine enojado cuando se enteró de que ese bastardo ha estado molestando... escuchó a su madre hablar por teléfono, él se acercó furioso, se lo arrebató y hablo, jamás creí verlo así, ella temblaba, "no vuelvas a acercarte a mi madre pedazo de basura", "hijo detente" , "¿mi culpa?, púdrete infeliz"... lo único que salían de mi eran ladridos y gruñidos, después de ello, Aomine la hizo dejar constancia en la policía...

Cada vez que volvía de visitarme en el hospital se veía cansado llegaba solo a dormir, o habían veces en la que no llegaba, quedándose donde Kise, Kuroko o Satsuki; era mucho para él... asistía a la universidad, me visitaba regularmente, me cuida como Tora y para sumarle, se consiguió un trabajo de medio tiempo para ayudar a su madre, por supuesto que ella no estaba de acuerdo, pero él no dejó que se negara... lo único que podía hacer era recostarme en su regazo cuando llegaba y ser obediente, el jugueteaba con mi pelaje y me besaba la cabeza... hacía más por mí que yo por él.

Al principio me gustaba mucho que lo hiciera, sentir sus labios, me alegraba, pero ya no quiero solo eso, quiero volver... Aomine quiero volver, llévame al hospital, llévame con mi cuerpo.

Una de esas noches en donde Aomine volvía agotado, se puso a conversarme como de costumbre, pero en esa ocasión fue más hablador de lo normal, ahí lo supe, era el quinto aniversario de la muerte de su padre... me contó que su padre amaba a los animales, que solía hablarles como si fueran personas y que ese hábito se les terminó pegando a ellos dos; él fue quien le mostró por primera vez un partido de básquetbol , lo alentó a jugar; que entre su madre y él compartían una mirada cómplice y llena de amor que a él mismo le gustaría experimentar, que cuando Aomine cumplió quince años le comentó que tenía un amigo gay que se le había declarado y le había dicho que no importaba si fuera mujer, hombre, un árbol o lo que sea, a ellos como sus padres solo les interesaba que su pequeño Daiki fuera feliz... no supe cómo terminó esa historia, su expresión cambió "el año siguiente él falleció" ... esa fue la primera vez que vi a Aomine llorar... lamí sus lágrimas y me recosté a su lado... la segunda vez fue cuando le informaron que al parecer mi padre quiere desconectarme, sentí un escalofrío en todo mi cuerpo cuando escuché que se lo decía a su madre, mientras ella trataba de calmarlo diciéndole que hablaría con mi familia... en verdad esa mujer es una santa... él le decía que mi hermano Himuro se negaba y se había enojado con nuestro padre, mi tía Alex estaba haciendo trámites legales para ayudar, mis amigos harían su parte también, "no quiero perder a más seres queridos mamá"... sentí una punzada dolorosa en el pecho... quiero volver, quién sea que me escuche, por favor, permíteme volver... esa noche dormimos los tres en la cama de Aomine.

Algunas veces Kuroko venía a cuidarme porque Aomine había aumentado sus turnos, traía a Nigou con él y lo terminaba correteando para que no se acercara, Kuroko casi siempre me mantenía en brazos o en sus piernas, "sé que no te gusta Nigou", decía, si supieras Kuroko, no sabía que mi peliceleste amigo también tuviera la costumbre de hablarle a los animales, incluso era más hablador con ellos que con los humanos.

La última vez que vino a cuidarme - como hace dos días - dijo algo que me dejó pensando hasta ahora; Aomine había llegado, le agradecía a Kuroko , éste le dijo que se iría y que se metiera a bañar, que él cerraría la puerta... cuando Aomine entro al baño, se acercó a la salida y mirando al techo dijo "Kagami-kun deberías volver, hay muchos que están sufriendo ¿sabes?" , volteo a verme y se marchó, su mirada fue inquietante, muy parecida a la que hizo cuando se dio cuenta de que estaba enamorado de Aomine... salgo de mis cavilaciones al escuchar la puerta de entrada, siento a Aomine, habla con su madre, al parecer ella tiene turno de noche; se despide y se marcha... con tanto ajetreo y problemas se han olvidado completamente de la dichosa operación, pero no me quejo; voy a cumplir tres meses y medio como un perro.

Por lo que supe por Kuroko y las conversaciones de Aomine con su madre, tal parece que convencieron a mi padre de no desconectarme, aunque insiste en que será en lo que dura el juicio, por la demanda que puso mi tía Alex en su contra; mi padre nunca a sido fuerte emocionalmente, tiene miedo, no lo culpo, pero tampoco estoy a favor de lo que intenta... "lárgate, llamaré a la policía", me pongo alerta, que está pasando... me acerco a la puerta, cerrada... siento ruido de cosas romperse, me desespero, rasguño la puerta intentando abrirla, no hay caso... se me aprieta el corazón... Aomine, ladro furioso, siento pasos, no percibo el aroma de Daiki, dejo marcadas mis garras en la puerta, me pongo en posición de ataque... "¿Dónde está tu madre?", escucho puertas siendo abiertas con brusquedad, "aléjate de ahí", le escucho decir a Aomine, débil; los pasos se detienen delante mío... voy a matarlo, quiero despedazar su garganta, "no te atrevas", grita Daiki con dolor, huelo sangre... "la policía viene en camino imbécil", abre la puerta lentamente, lleva un cuchillo en las manos; corro a sus piernas, las muerdo, me patea y cae al suelo, me levanto de nuevo y salto a su cuello, el muy bastardo logró moverse por lo que solo muerdo su hombro izquierdo, me entierra el cuchillo en las costillas, chillo adolorido, Aomine me llama asustado; salgo a su encuentro, veo que está sentado en el suelo, tiene sangre en la cabeza y se sostiene un costado haciendo presión, me mira... extiende una mano débilmente hacia mí, veo vidrio en el suelo... el muy hijo de puta debe haberlo golpeado con eso, espero que ojala se desangre por mi mordida...

Me acerco a Aomine, su sonrisa se borra, me mira con terror, mi herida no es tan grave... me equivoco, siento otro olor detrás de mí, "por tu culpa ella me dejó, debí haberte matado esa vez", me apunta, luego a Daiki, él me abraza... suena un disparo.

Mi Mejor PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora