Hace diecisiete años una de las mejores bailarinas de mundo se encontraba en una sala de parto, su niña se había adelantado por dos meses y eso le preocupaba.
Como le preocupaba que tuviera sus mismos problemas de corazón.
La mujer gritaba y lloraba mientras su esposo iba a lo más rápido que podía al hospital.
Quería esperarlo pero no podía, su pequeña quería salir.
No se lo creía tendría a su primera hija, su princesita.
Estaba feliz y su esposo también, pero aquella felicidad no duró mucho cuando la respiración de la mujer se dificultó y su pecho comenzó a apretar.
El llanto de su hija fue lo último que escuchó, su princesita había nacido y ella había muerto.
Gianluca Di Santi llegó con una felicidad increíble al hospital y corrió a la sala de parto pero su corazón se rompió en miles de pedazos cuando el doctor de su mujer se acercó de manera lenta.
La mujer que le prometió quedarse la vida, la mujer que lo salvó de sus padres y la que le hizo superar todos sus miedos se había marchado.
El hombre cayó al piso con lágrimas en los ojos.
¿Que sentido tenía su vida en aquel momento?
Sin pensarlo mucho corrió fuera del hospital y comenzó a manejar en la densa lluvia.
Era de noche y no se podía ver casi nada, manejaba sin cuidado.
Estuvo apunto de chocar varias veces y cuando se decidió a irse contra un camión su celular se encendió.
Trato de apagarlo pero sin querer presiono el botón de tomar la llamada.
Se desvió de camino y contestó.
—No— fue lo primero que escuchó— no hagas esto, no le hagas esto a tu hija y tampoco a tu mujer, no te hagas esto a ti mismo.
El hombre soltó un fuerte sollozo y aparcó a un lado de la carretera.
—¿Por que preciosa?— pregunto a la mujer del otro lado del teléfono.
—No lo se principito, no lo sé— suspiro su preciosa— pero si algo se es que en esa clínica está una maravillosa bebe esperando por su padre, perdiste a tu mujer pero no a tu hija
»no seas egoísta ni cobarde, esa niña necesita a su padre ahora mismo eres lo único que le queda. Esa hermosa criatura necesita a su padre y tú necesitas a tu hija así que vas a respirar y vas a volver al hospital con tu hija vas a tomarla en brazos y vas a amarla toda la vida.
»serás el mejor padre del mundo, no te estoy diciendo que será fácil por que no lo será tendrás que cuidarla solo y las mujeres somos complicadas pero tú serás su mejor amigo vas a abrazarla cuando un chico rompa su corazón y tendrás que salir a altas horas de la noche para comprar toallas sanitarias cundo no tenga
»tendrás que ser padre y madre pero te prometo que todos estará bien mi principito, eres joven y Katerina jamás te habría permitido desperdiciar todo lo que hicieron cometiendo una estipidez ama a tu hija como le prometiste a tu mujer que lo harías.
—Te amo preciosa.
La mujer rio suavemente del otro lado del teléfono.
—Dale un beso al angel, nos vemos mi principito.
Gianluca había vuelto al hospital, gianluca había tomado a su hija en brazos y la había amado como nadie más podía hacerlo.
Le enseño a montar en bicicleta y estuvo para curar sus heridas todas las veces que se cayó.
Le compro sus primeras zapatillas de ballet y la llevo a su primer recital.
Corrió a una farmacia a comprar toallas sanitarias desesperado cuando a los doce su pequeña conoció a Andrés.
La abrazo fuertemente cada vez que moría alguien en una de sus películas favoritas.
Como le prometió a su preciosa le dio a su hija el amor que le prometió a su mujer que le daría.
Y gracias a eso Ciara creció para ser una chica fuerte, amable, educada y hermosa.
Pero no solo eso gracias a él Ciara creció para ser una de las mejores bailarinas de su edad, por no decir la mejor.
Admito que me puse algo sentimental escribiendo esto.
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CIARA
Teen Fiction"Ciara es mi mejor bailarina y no permitiré que un adolescente malcriado la arruine, te quiero lejos de ella Hades, muy lejos"