Infiel.

306 27 12
                                    


Este capitulo sera narrado por tercera persona en vez de lo acostumbrado. Al igual de que no sera PaperJam el protagonista.

---

Aquel hombre de cabello azabache había llegado a su casa, después de ir a visitar a su esposo al hospital, le había hecho pensar demasiadas cosas.

Sus dos hijos no bajaron a saludarlo como de costumbre, pensó que estarían dormidos, así que no iba a subir a despertarlos como de costumbre. Sin embargo, subió a la primera planta con su hijo menor en brazos, contemplandolo dormir, entro al cuarto de este y lo acostó con suma delicadeza en su cuna. Vio como se movió, así que se quedó quieto, pero solo el bebé se acomodo, y abrazo un peluche que tenia a su lado. El padre sonrio, puesto que los peluches que tienen sus hijos, y el que estaba abrazando el menor, los había hecho el.

Salió del cuarto, no sin antes activar la “radio-bebé” -o así le llama él- y asegurarse de que estuviera encendida. Fue hacia la cocina y saco del refrigerador una lata de cerveza, y la tomo como si no hubiera tomado trago de algún liquido desde hace meses.

Se apoyo en la pared, y empezó a sacar más y más de aquella bebida embriagante, tratando de ahogar sus penas.

Como siempre.

Mientras iba perdiendo la conciencia recordó como era su vida, y la de su familia, antes de qué...

---

Los rayos del sol pasaban por pequeños espacios que la cortina no cerraba por completo. Logrando así despertar al de cabello azabache, quién, miro a quien estaba abrazando, y sonrió.

Tenia su torso descubierto, al igual que su amado. Este estaba acurrucado en su pecho, y su cabello albino estaba alborotado.

Su Kiky estaba descansando pacíficamente, con una expresión angelical, al menos al punto de vista de él. Con su mano contraria le aparto un mechón de cabello de sus ojos con cuidado, y lo puso detrás de la oreja de su amor.

Volteo a ver la cama, la cual estaba totalmente desordenada, sus ropas quien sabe donde estarán, aunque en ese momento no le importaba.

Y lo bueno fue de que llevaron a sus hijos con su hermano Geno. Si no, estarían preguntando sobre los gritos de su madre y los golpes que, provenía de su cuarto.

Sintió como algo se removía en su brazo, asi que dirigió su mirada hacia donde provenía aquellos movimientos. Solo para admirar como despertaba lentamente el de cabellos albinos, abrió sus ojos lentamente y soltó un pequeño bostezo. Al sentir su mirada sonrió tímidamente.

—Buenos días, Ruru.— dijo después de haberle dado un beso en su mejilla.

—Buenos días, Kiky.— le regreso aquel beso, pero en aquellos labios que tanto lo enloquecían. — ¿Qué tal dormiste?

—Contigo a mi lado duermo de maravilla. — dijo mientras se acurrucaba más en el pecho del contrario, mostrando felicidad.

Se quedaron un rato ahí acostados, disfrutando la dulce compañía mutua que se tenían.

--

— ¡Mami! ¡Papi¡ ¡Se me cayo el diente! — grito corriendo un pequeño de bufanda café hacia sus padres, teniendo en mano aquel objeto de calcio entre sus dedos.

— ¿¡Y no te dolió!? — le pregunto asombrado su hermano, el cual estaba jugando con el celular de su padre.

— ¡No, solo cuando sentí que ya no estaba aqui! — abrió su boca mostrando el hueco que dejo su diente.

En cambio sus padres veían enternecidos aquella escena.

— ¿Cuánto le piensas dejar? — le preguntó estando cruzado de brazos junto con una sonrisa divertida.

›Editando..‹ ◤Querida Mami.◢  ✉ Paper Jam ✉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora