El sábado en la mañana tuvimos nuestra primera cita, estaba demasiado nerviosa porque se sentía tan irreal, creía que en cualquier momento todo se esfumaría dejando solo una ilusión en mi mente.
Me vestí con unos jeans, botas largas, un suéter y un abrigo porque el clima no es muy favorable así que lo que menos me importaba era verme bien, prefería que me conocieras tal y como soy, no me gusta aparentar algo que no soy.
Tú llegaste en una Jeep Cherokee, saliste de ella para tocar el timbre de mi departamento, llevaba cinco minutos observando por la ventana para verte llegar, tomé mi bolso y salí corriendo por los nervios, tuve que regresarme a cerrar con llave la puerta del departamento.
Cuando te encontré afuera del edificio me sentí bastante cautivada con tu presencia, a pesar del frío solo traías un suéter gris con un pantalón negro.
-Hola –te dije con la voz entrecortada, puedo jurar que todo mi cuerpo estaba temblando en ese momento.
-Hola Camila, ¿Lista para una aventura? –me preguntaste tomándome de la mano para ayudarme a entrar en el asiento de copiloto de la camioneta.
Dentro de esta froté mis manos que estaban en proceso de congelamiento, al ver lo que hacía acercaste tus manos a las mías que tomaste entre las tuyas para proporcionarles calor, pero no solo eso, mis manos comenzaron a sudar por los nervios de estar cerca de ti.
En todo el camino no quisiste decirme hacia donde nos dirigíamos porque era una sorpresa, aunque te rogara o tratara de persuadirte, de ningún modo querías arruinar la sorpresa. Cruzamos la mitad de la ciudad de Toronto para llegar cerca del lago, se podía ver a lo lejos los muelles donde los barcos estaban estacionados unos junto a otros.
Quería salir corriendo de ahí con la sola idea de estar tan cerca del lago, estaba moviendo de manera nerviosa cada parte de mi cuerpo, tú me miraste con un poco de curiosidad, pero predominó más la preocupación que tenías en tu rostro.
-Creo que el mar es algo que no te agrada y el mar es una gran parte de mi vida, así que busqué un punto intermedio para ambos –me dijiste una vez que habías estacionado la camioneta.
-No entiendo a qué te refieres, Shawn –te contesté de manera inocente tratando de tranquilizarme.
-Bueno, para nuestra primera cita tengo planeado algo especial –me dijiste tomando mis manos entre las tuyas, me hiciste girar lentamente para ver a unos cuantos pasos el Acuario de Ripley que tenía una pared de cristal y muchos secretos ocultos.
Antes de entrar nos tomamos una foto en las letras de Canadá que se encontraban afuera del acuario, nuestra primera foto que puse justo al lado de mi cama para poder observarla todas las mañanas.
Entramos con un poco de resistencia de mi parte al Acuario de Ripley, estaba casi vació porque apenas eran las 10 de la mañana, pagaste las entradas y nos adentramos a un mundo desconocido para mí.
En todo el trayecto nunca soltaste mi mano y te lo agradeceré eternamente ese gesto que en ese momento significó todo lo que muy en el fondo anhelaba. Tú amabas la naturaleza mientras que yo era demasiado temerosa al respecto, en especial con el mar y sabía que tarde o temprano sabrías todo, así que decidí que era el momento oportuno para decirte.
- ¿Shawn? –traté de llamar tu atención que estaba enfocada en una mantarraya que parecía tener una cara de alegría.
- ¿Sucede algo, Camila? –me preguntaste con gran preocupación volteando a verme pensando en que tal vez quería irme.
-Un día, cuando era niña fui a la playa con mis padres, específicamente a Ixtapa Zihuatanejo donde el mar es abierto, mis papás se habían distraído un poco con mi hermanita así que me adentré al mar, pero las olas comenzaron a arrastrarme hacia adentro, no podía salir a respirar porque literalmente me hacía dar vueltas evitando que saliera a la superficie. Casi muero ahogada ese día, fue una experiencia aterradora que no quiero repetir y desde entonces no he ido al mar –te conté temblando, pero tú me abrazaste dándome esa seguridad que nunca había sentido con nadie.
¿Quién diría que desde que nos conocimos me habías hecho una promesa?
¿Algún día la cumplirías? Hoy en día, nadie cumple las promesas que hace, como si no valieran nada.
Por esa misma razón, las relaciones ya no duran mucho porque se les hace muy fácil cambiar a una persona por otra sin pensar en sus sentimientos o recuerdos juntos.
Yo sabía que tú eras diferente, sabía que algún día cumplirías todas las promesas que me habías hecho, en especial una, perder el miedo al mar, me prometiste llevarme a un viaje al mar inolvidable, por supuesto que iba a estar demasiado emocionada porque no cualquier chico crea planes a futuro con alguien.
Pero tú si lo hacías.
Para mí era suficiente ver tus ojos color miel que nunca podrían mentir, tenías algo especial en tu mirada, tal vez era que me hacía sentir querida de algún modo.
Lo supe cuando ese día en el acuario me estabas diciendo los nombres y datos curiosos de las especies marinas que encontrábamos a nuestro paso, eras como mi guía personal ya que sabías datos curiosos y cosas que ni siquiera se me podrían haber pasado por la mente.
Entramos a un laberinto de medusas que me daba curiosidad, yo las observaba pensando en su delicadeza, su fragilidad, la facilidad con la que podrías dañarlas, pero al mismo tiempo, la intensidad de dolor que producía su picadura que llegaba a ser mortal.
¿Cómo algo tan hermoso podía ser letal?
Te volteé a ver esperando ver tu reacción a ellas, pero tú me estabas observando con tu particular sonrisa de lado, tus ojos brillaban con la iluminación en la que nos encontrábamos, estabas recargado sobre el barandal.
En ese momento supe que ya no había vuelta atrás.
Me acerqué despacio a ti tratando de darme seguridad porque estaba a punto de hacer algo que nunca en mi vida había intentado.
Tú te habías quedado en shock porque te había tomado desprevenido, no pensabas que yo lo intentaría.
Nuestros labios se juntaron, nuestros brazos se aferraron al cuerpo del otro como si tuviéramos miedo a ser separados.
Ambos sonreímos a mitad del beso, había una conexión distinta entre nosotros.
Algo especial.
Algo inolvidable.
...
Algo que tal vez nunca podré volver a encontrar.
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Loving You Had Consequences (Shawmila)
FanfictionShawn... Amarte era joven, salvaje y libre. Amarte era genial, caliente y dulce. Amarte era como la luz del sol, sano y salvo. Un lugar estable para dejar abajo mis defensas. Pero amarte tuvo consecuencias.