φτερά

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Cuando Afrodita se volvió el arma principal en las cruzadas de Ares, parte de su tarea recayó en mi. No es que disparar flechas a la gente y jugar con sus almas fuera divertido, pero debo decir que el primer tiempo si lo fue. También entendí que los seres humanos eran las personas más complicadas que podían existir en el universo.

Era tan agotador el sentir como sufrían, porque sí, si las flechas caían en sujetos equivocados era casi un castigo divino que su sufrimiento se volvía también el mío. Pero bueno, ese "castigo" tenía nombre y era Anteros, mi contraparte. Fue así que terminé cumpliendo mis funciones a escondidas de él. 

A mis 21 años y en una noche de verano Zeus me citó ante él. Mientras me acercaba pensé que me pediría un favor, así como todos quienes se me acercaban, pero todo cambió cuando al entrar no solo lo encontré a él, sino también a mi madre quién no presentaba su mejor rostros. 

Me arrodillé ante él y bajé mi rostro. Siempre me había dado miedo la profundidad que sus ojos mostraban, pese a solo habernos cruzado menos de 5 veces en la vida. Él era imponente sin importar  la suavidad que mostraba en su carácter. Creo que llegué a pensar que era el negativo de papá, así como Anteros era la mía. 

—Levántate, Eros. —Ordenó. Aún cuando hice caso, mi vista siguió clavada en el suelo y los dedos jugaron con las prendas que vestía durante todo lo que duró la reunión. Debo decir que su voz era igual que traicionera que su rostro, suave, pero poderosa. 

Hubo una larga pausa, una en donde su mirada me analizaba. La sentía al punto de cohibirme. —He escuchado rumores, Feme los ha traído hasta mi. Las sombras hablan, Eros y los errores no se pueden esconder para siempre. —Dijo y pensé en todas las cosas que había hecho hasta el momento, ¿Cuál de todas? Tuve miedo de alzar la vista y que viera a través de mi y terminara finalmente por desnudar mis secretos. —Entonces, ¿Hay algo que quieras decir?

Tragué, sabía que el silencio otorgaría, pero ¿Qué ganaba yo exponiendo cosas? Si el castigo vendría por mi igual, era mejor me lo ganara a medias, pensé. Aún si eso terminaba por desterrarme por completo del Olimpo. 



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Yo sé que está tedioso, pero pronto se conocerán. uwu

Cupido se quedó sin alas. [DoubleB]Where stories live. Discover now