Espero que recuerdes

Verano de 1983

Para que recuerdes más detalles sobre cuándo nos conocimos
Cuando notaste que estaba mirándote sonreíste y me enamore perdidamente de tu sonrisa. Entérate a mi casa por la ventana de la cocina, tuviste suerte de que mis padres no estuvieran en casa, no estaría escribiéndote esto ahora.
Desde mi cuarto oí el sonido desordenado de las cucharas rebotando sobre el suelo y baje corriendo. No podía creer que unieras entrado a mi casa.
Te vi recogiendo el desastre que qué habías causado, me miraste con tus bellos ojos color cielo y no te preocupaste por ordenar el revuelo que habías causado en mi interior.
- Lo siento- dijiste con tu voz clara y dulce
- tra... tranquila- balbuce con un dejo de condición el la voz. Casi puedo imaginar mi cara de idiota enamorado.
- soy Hanna, Hanna Persking
- Will Steirils
Esa misma tarde me enseñaste a hacer aviones de papel que soltamos a volar desde la ventana de mi cuarto hasta que el sol se fue y desististe irte también. Casi no hablamos pero me sentía tan cómodo cerca de ti y de tu peculiar aroma a vainilla.
Repetimos esto durante meses. Entrabas por la ventana; subías a mi cuarto y hablábamos hasta que el sol se escapara sobre como cambiaríamos el mundo juntos.
Comencé las clases y lo primero que distinguí en la puerta de la escuela fue tu ondulada cabellera pelirroja. Estabas sentada en las escaleras de la entrada con tu típica sonrisa que te asegura que todo estará bien.
Cuando apenas había logrado sacar un pie afuera del auto ya estabas corriendo hacia mi, me envolviste en tus brazos y nuevamente sentí ese olor a vainilla que me traía loco. Te presente a mi madre que accedió que fueras a almorzar a mi casa luego de las clases. Eso se convirtió en una rutina y era la única razón por la que amábamos los lunes.