cursed

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De nuevo me siento como la mierda. Veo a todos progresar y cambiar para mejor y siento que estoy perdiendo mi lugar en el mundo. Cuando todos teníamos fallos y nos sentíamos de la misma forma, en cierto sentido estábamos seguros de nuestra posición. Y entonces podíamos estar a gusto en nuestro pequeño paraíso.

Pero ahora sé que todas las personas cambian. Inevitablemente todos cambiamos, para bien o para mal, consciente o inconscientemente. Y eso han hecho la mayoría de personas que juraron no dejarme atrás. Progresaron, cayeron, se levantaron y siguieron intentando, y ahora sus vidas son distintas. ¿Mejores, peores? No lo sé. Pero cambiaron.

Me siento incapaz de cambiar. O quizá ya lo he hecho, pero si ese fuera el caso, definitivamente no fue para bien. He estado sintiéndome como la mierda durante años y no he encontrado salida a dicha situación, y lo que es más, ha empeorado con el paso del tiempo. Me refugié en aquellos que creía similares a mí, que también tenían miserias qué compartir, y así pude seguir soportando toda la mierda que cargaba en mi espalda. Pero ahora, ese refugio ya no existe.

Y yo he perdido aquel lugar feliz que me hacía sentir cómodo, estable emocionalmente, y ahora he pasado de sentirme necesario a sentirme necesitado. No encuentro nada que me llene, y mi desgana sólo va de mal en peor. Ya no tengo a nadie que me acompañe en la despreciable senda del hipócrita.

Mis pensamientos, mis sentimientos, mis acciones, todas son partes de un ciclo de sufrimiento que nunca terminará. Miro hacia el pasado con desprecio y veo que todo lo que hice estuvo mal, y miro al futuro pensando que no conseguiré hacer algo bien. Entonces me largo a llorar, me acurruco en el suelo, y de ninguna forma tengo la fuerza para volver a levantarme. Porque aunque lo haga, mi podrido corazón sólo me hace sentir mal, sólo me envía vibras negativas, y de eso no hay escapatoria.

Voy a seguir mostrándome bien, porque no quiero ser un estorbo para nadie. La gente necesita una sonrisa para pensar que hay esperanza, aunque yo no la tenga, y si para ser el apoyo de mis seres queridos necesito descartar mis verdaderos sentimientos, entonces estoy más que dispuesto.

Soy el comienzo y soy el final de mi propia tortura. Y lo que es peor: este ciclo sin fin jamás se cerrará.

15sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora