The Three Caballeros And You ||Amor a la Mexicana||

Capitulo 63: Just Like Fire

______ Pov.

-¡Espera!, ¡Tú no eres la chica!:- me apuntó aquel rabino.

-Ah, claro, jeje.- dije apretando la mandíbula.

-No, espera..- me analizó.- Eres tú.- me sonrió y chasqueo, aparecí en una jaula grande, aún siendo del sexo opuesto, sólo que ahora con un pantalón extraño con lentejuelas colgando y mantos de seda en los codos.

-¡Los niños!.- grité al ver las intensiones y Joe y el viejo corrieron con los rubios menores, mientras que Panchito y Zé corrían hacia mí.

-¡______!.- gritaron al verme.- ¡¿Qué planeas?!. le gritó el pelirrojo con cierta rabia al hombre de gran altura.

-Bueno, la torturaré un rato, con ustedes claro.- chasqueo para ponerlos en una misma situación que la mía, solo que ellos estaban atados y columpiando, amenazando con caer a la lava.- Todo esto es por mis compañeros caídos, pequeña princesa.- los miré desesperada, empezaban a caer.

-¡Suéltalos por favor!.- exclamé llena de pavor.- ¡A mi lo que quieras, pero a ellos no!.-chasqueo de nuevo y yo estaba fuera de la jaula y ellos seguros.

-¡Ya sé!.- me miró y levantó mi mentón.- ¡Un juego!, adoro los juegos.- soltó una carcajada y en mis muñecas aparecieron un par de cadenas que me sujetaban a no se qué.- Soy perverso y quiero divertirme.- observó a mis amigos y les sonrió.- Estas son las reglas, ¿Ven este reloj de arena?, este es el tiempo que tienen para llegar, si no, ella muere.- nos observamos sorprendidos.- ¿Cuál es el reto?.- me miró.- Llegar hasta acá y vencerme, ¿sencillo, no?.- chasqueó y los chicos desaparecieron.

***

Panchito Pov.

-¿Dónde estamos?.- pregunté al reaparecer.

-La entrada de la cueva.- exclamó Zé.

-No puede ser, tardaremos siglos en llegar.- dije de nuevo.

-Panchito, esfuérzate y ten fé, como siempre lo has hecho.- me observó seriamente.- Te necesito para esto.- asentí.

-Vamos.- dije y comenzamos a introducirnos, las serpientes aparecieron de nuevo, pero esta vez Zé y yo pudimos contra ellas, quitándoles los colmillos. Todo estuvo bien, entonces apareció el reloj de arena frente a nosotros.

-¡Dios, ya pasó más de un cuarto, hay que apresurarnos!.- dijo José y asentí, entonces al dar otro paso nos encontramos al oso gigante.

Nos rugió y amenazó con sus dientes, me quedé quieto, me olfateo y su agresividad se detuvo.

-Bien.- Zé me observó sonriente.

-Lo aprendí de nuestra niña.- le guiñé el ojo.

_________ Pov.

Estaba ahí, atada de manos, sin poder soltarme, meintras que Jaffar estaba sentado cómodamente en un sofá largo, comiendo fruta.

-Vamos ______, no me veas con odio, tu y yo sabemos que es lo correcto.- me observó perverso.

-Te has atrevido a lastimar a mis amigos...- sonrió y me mostró una manzana.

-¿Recuerdas esto?.- lo observé confusa.- Veo que tu mente lo ha bloqueado bien.- se levantó.- No terminamos en este mundo por casualidad, todo ya estaba planeado.- me paralicé por un momento.

-¿A qué te refieres?.- pregunté temerosa.

-Por razones del destino, nuestros mundos se encuentran cada cierto tiempo, Maléfica y todos nosotros nos enteramos de un alma sumamente poderosa, entonces surgió el plan, el primer paso sería, darle una vida mediocre a esa persona, tanto que solo la televisión le subiera los ánimos, número dos, esperar y llegar, claro, solo planeamos nuestra llegada, pero esos cursis tambien vinieron.- sonrió de nuevo.- Maléfica te explicará bien cuando la veas.