¿Como lo hiciste?

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Una frase apareció en mi cabeza, dicha por una voz masculina joven dulce y... familiar, y esta decía -Recuerda que estamos aquí para ti, estarás bien...solo toma mi mano y sígueme hasta el fin- al escuchar eso coloque mi mano izquierda frente mi y recordé el día en la azotea, cuando una brisa diferente recorrió mi cuerpo y en cuanto entro aquel chico esa brisa desapareció, la puerta se abrió y me dejo ver a Sijey frente a mi, este sonrío, yo baje mi mano y correspondí ante el dulce gesto de mi hermano quien al verme sonreír se lanzó hacía mi y me abrazo.

Kyden

El fin de semana se había terminado rápido como había empezado, en estos momentos desearía poder seguir durmiendo, pero para mi pésima suerte hoy tenía una prueba, por lo que con pereza me levante, tome mi celular y revise la hora, después de verla lo lance con cuidado a la cama, restregué mis ojos y camine hacía mi baño, me mire al espejo, mi cabello esta despeinado por lo que tome mi cepillo y empecé a cepillarlo con cuidado para no arrancarme el cabello, mientras lo hacía miraba como caía sobre mis hombros y una idea llego a mi mente, antes de proseguir, tome unas prendas de ropa y me di una ducha rápida, seque mi cabello con una toalla y me coloque la ropa conformada por: Una playera holgada con el logo de los Mets, mi equipo preferido de Béisbol, bajo la playera una musculosa azul marino ajustada, unos vaqueros azul oscuro rasgados y ajustados, y encima una sudadera rosa palo de cierra, la cual deje abierta, regrese al baño y mire mi cabello, el cual ya se encontraba seco, por lo que empecé a trenzarlo en dos trenzas que quedaban a cada lado mío, las cuales deje sobre mis hombros, coloque mi flequillo sobre mi ojo izquierdo como de costumbre, tome un labial transparente medió brillante y lo puse en mis labios, salí del baño, regrese a mi cama tome mi celular y salí de mi habitación, me pare frente la cocina entre y abrí el frigorífico,  tome una botella de  jugo de naranja y la cerré, cuando hice esto miraba mi celular, por lo que levante mi mirada y me encontré con Sijey quien me miraba confundido.

-¿Qué? _pregunte con un tono confundido_

-¿Te peinaste? _señalo las trenzas_

-Si... ¿por qué? ¿que tiene?_ pregunte alzando los hombros y pasando a su lado_

-No nada...solo me sorprendió _ se acerco a mi y me miro inquieto_ ¿Quieres que te lleve? _pregunto mientras veía el reloj de pared en la cocina_

-¿Eh? _lo mire con desinterés y luego comprendí_ No... prefiero ir caminando _luego el empezó a jugar con sus dedos por lo que suspire_ pero puedes recogerme y ver a tu "novia" _recalque con asco la última palabra mientras hacía una mueca de desinterés_

-De que hablas _trato de esconder sus nerviosismo_ yo solo quería llevar a mi hermanita para que no llegue tarde _se aclaro la garganta y desvió la mirada_ 

-Claro y yo soy la Reina de Roma ¿No? _mire a mi hermano con sarcasmo_ como sea... si quieres me recoges yo ya me voy _solté y avancé a la puerta la abrí y empecé a caminar_

Avanzaba con paso tranquilo, mientras escuchaba música, cuando escuche un ruido estruendoso, mire el lugar del que provenía y vi como un chico de 1,80 de altura, su cabello en rastas hasta el cuello de color café chocolate, piel clara como la arena, cruzaba la calle y el sonido era de un auto que atropellaría al idiota, por qué el rastas estaba mirando su celular y escuchaba algo en sus auriculares por lo que no hacía caso al claxon, solté un rugido y salí corriendo, gritarle al chico no serviría de nada, además el auto estaba demasiado cerca, solté mi mochila, salte hacia el rastas y lo empuje, ambos caímos al suelo yo quedando encima de el, el me miro unos segundo dejándome ver sus ojos verdes menta, yo tenía mis manos a los lados de la cabeza del chico, y estaba muy cerca de su cara, no tarde mucho y me levante, sacudí el polvo de mi ropa y extendí mi mano hacía el rastas para ayudarlo a pararse, él dudo unos segundos pero finalmente acepto, con mi ayuda se paro y sacudió su ropa, él rastas estaba listo para objetar por haberlo  empujado, por lo que yo me aleje y tome mi mochila, simultáneamente una señora salió del auto rojo, aparentemente la conductora que estuvo apunto de arrollar a el rastas, en cuanto estuvo a un lado del chico  le pregunto si estaba bien y seguido de eso también le replico que debería mirar antes de cruzar, yo pase a un lado de ambas personas cuando escuche una voz masculina disculparse, y rápidamente alcanzarme, cuando mire al mi lado izquierdo me encontré con el rastas, entonces nuevamente la voz masculina que había escuchado hace unos minutos salió de la boca de este.

Una peculiar melodíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora