Harlequin, un chico que vive en un país latinoamericano, que desea un futuro para él, como para los que ama. Emprenderá su viaje hacia otro lugar, un camino donde se encontrara, muchos retos, cosas nuevas y una persona muy especial de por medio.
Im...
Antes que nada, le dedico este capitulo a la primera persona que me siguio :3 -ClassicKing- me caes muy bien <3 (si no la conoces ve y siguela de inmediato xD) *Enserio quien no la conoce :v?*
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En un pequeño pueblo de un país latinoamericano, se encontraba un joven de diecisiete años de edad, el resplandor de sol, entraba por una pequeña ventana de su habitación, como de costumbre se despertaba alrededor de las diez y media de la mañana.
-¡Harlequin! Despierta holgazán, necesito que me ayudes en la casa. –Se escuchó de una voz grave-
-T-Tan rápido, amaneció... pero tengo tanto sueño. –Pensó el muchacho peli castaño-
-¡Voy! –Replico, arropándose y tapando su rostro con su almohada-
Pues todas las noches se le hacían cortas al joven, al parecer no comprendia que acostarse a las dos de la mañana, era la raíz del asunto.
-¡¡¡Harlequin!!! Si no te levantas ahora mismo, te voy a echar un balde de agua fría. –Se escuchó aún más fuerte, con un tono de enojo-
-¡D-Demonios! –Balbuceo, mientras se levantaba de inmediato con una cara de preocupación-
El peli castaño, se fue al baño para lavarse y cepillarse, y luego bajar un poco asustado.
-B...Buenos días abue. –Expreso con una sonrisa-
-Desayúnate y ponte hacer tus deberes de una vez. –Respondió, aquella señora en tono sereno-
-Si... -Susurro con pereza-
Luego de comer, realizo los pequeños trabajos cotidianos del hogar, claro a ritmo lento, que ya se había acostumbrado desde hace mucho.
-Listo, voy a salir con Hellbram. En la tarde regreso. –Informo con tranquilidad-
-No vengas muy tarde, recuerda que tu madre no le gusta que, estés tanto tiempo en las calles. –Contesto con un poco de cansancio-
El chico todos los días, se disponía al mediodía a encontrarse con su mejor amigo en un pequeño centro comercial de la localidad, pasaban mucho tiempo charlando y disfrutando de su tiempo libre. Ya acercándose a la pequeña plaza del lugar, vio a su amigo esperándolo con una sonrisa y dos merengadas a su lado, por lo que de inmediato el peli castaño acelero el paso.
-Hola Hellbram! –Exclamo alegre-
-Como estas, querido amigo. –Respondió sonriente, mientras se disponía a recibirlo con un abrazo-
-Veo que compraste bebidas. –Señalo con unas ansias, de tomar lo que había en el vaso-
-Ah... eso, lo compre para una chica que invite ayer. –Confeso alegre, mientras tomaba asiento-
-¿Tu, invitaste a una chica? –Se rio, mientras tomaba asiento-
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