Atrapa sueños

Capítulo 4

Abajo, arriba, arriba, abajo y gancho.

- Nada mal novata.

- Por favor recuérdame que hacemos aquí- respondo a su comentario "alagador".

Las palabras de Connor me entran por una oreja y me salen por la otra. No puedo prestarle atención con sus manos prácticamente arriba mío ( por favor no mal pensar).

Lo de " enseñarme algunas cosas" no me lo tomé tan a serio. Pensé que era algo como: ser una chica normal ( que tiene amigos y sale) o saber... bueno, cosas que todo adolescente sabe. Pero lo que me quería enseñar era simplemente: luchar.

Por qué me quiere enseñar a luchar? Esto es algo que podría adicionar a mi lista de " cosas extrañas que pasan en mi vida".

Su pierna cae desprevenidamente en mi cara y caigo al piso duro del tata mi.

- Te dije que subas la guardia.

- Y yo te dije que no quiero luchar.

- Muy graciosa- pone cara mala- vamos, no seas perezosa y hagamos un último ejercicio.

- No.- dije secamente harta ya de lo que esta pasando. .

No voy a seguir luchando hasta que no me de una buena explicación de por que hacemos esto. Parece cansado y un poco irritado, pero igualmente me responde.

- Mira... Yo solo... es que... lo necesitas. Solo eso. Lo necesitas.

Su respuesta no me terminaba se satisfacer. Por que lo necesitaba? No es que quiera ir pateando culos por la calle o algo así.

- Tienes que aprender a como defenderte por ti misma. No vas a tener me a mí en todo momen...

- Espera!- lo corto en el medio de la oración ya sabiendo lo que iría a decir- yo no necesito saber como cuidarme a MI misma. Y otra cosa. Quien dijo que quiero tenerte en todo momento. El mundo no jira sobre ti. Quién te hacés?

Agarro mi bolso y salgo del gimnasio sin mirar atrás.

- K!

Pero ya estaba afuera en rumbo a mi casa.

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- Por el amor de Dios me puedes responder de una buena vez?!

Mi hermana me saca abruptamente los auriculares de la cabeza haciendo que me sorprendiera de golpe.

- Hey! estaba escuchando Artic Monckeys, deberías respetar el arte de la música.

- Te estoy llamando hace medio hora para que bajes!- grito cada una de las palabras como si lo que acabara de ocurrir fuera fatal- Que te pasa?! estad muy rara hoy y no creas que me voy a tragar una respuesta medio pelo.

- Que pena- comenze a decir poniéndome mis auriculares de nuevo- pues vas a tener que tragarte la duro.

Furiosa sale de mi cuarto dando un portazo tras ella. Ya me esperaba que hoy no iba a dormir temprano.

- Todavía espero una respuesta- dice Sheila mirando su plato de ravioles con indiferencia.

Dejo mi tenedor sobre el plato lleno y la miro directo a los ojos. Hay momentos en el que ella solo quiere saber de mis asuntos por interés, lo cual odio. Pero hay veces que realmente se preocupa por mi y quieres saber de mis asuntos. Si mal no lo presentía, ahora se esta preocupando por mi.

Le cuento lo ocurrido. En el transcurso de la historia ella iba asintiendo, como si estuviera entendiendo todo completamente.

- Ok- dice cuando termino mi relato- (1) Este chico tiene algo mal en la cabeza (2) Estoy de acuerdo por una parte en que hagas algún tipo de deportes (3) Quiero que me presentes a este chico.

- De a cuerdo, espera, Que?!

No lo puede creer. Primero le cuento que mi único amigo se volvió loco, ella se pone de a cuerdo y luego lo quiere conocer?! Quien puede entender.

Parece que ve la perplejidad en mi cara.

- No te preocupes. Solo quiero sacar algunas cosas en claro.

- Ese el problema.

Como ya eh dicho. No me gusta tener la ayuda de mi adorable hermana. Siempre algo sale mal al final. Y siempre termina cayendo todo arriba mío...

- Mira. No te metas en mi vida. Si mis amistades son tan raras que para el segundo día que las conozco ya quieren sacarme a luchar, a ti no te tienen que importar en lo mas mínimo. Metete en lo tuyo, quieres? ve y cómprate la revista MAD para pasarte el tiempo.

Deja los cubiertos bruscamente y sale de la mesa maldiciendo.

Creo que no debí haberle dicho eso.