Capitulo 48: No hay vuelta atras

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Narra Anne.

Cuando lo vi en el aeropuerto se despertaron todas las mariposas y puse en duda el irme pero no podía hacerle eso a mi familia y mucho menos a mi. Cuando grito te amo fue como la primera vez solo que ahora sabia que era mentira aunque esta semana había entendido que cualquiera comete errores me aleje mas por no tener que ver con su familia en si con el asesino de mi hermano porque lo del beso se lo podía perdonar pero lo otro no, decirle adios fue de las cosas mas dolorosas mis ojos solo querían llorar y mi corazón abrazarlo y nunca soltarlo pero hay algo que se llama cerebro y siempre tiene la razón en todo, lo unico que pense fue –las despedidas y ese sabor agridulce que mezcla un “gracias por lo que fue” con un “me rompe el corazón que se acabe”– sin duda el peor sentimiento es despedirse sabiendo que no quieres irte.

Al entrar en el avión busque mi silla –Me tocaba ventanilla–, acomode el equipaje de mano en el compartimento de arriba y me senté, ajuste mi cinturón y me puse a pensar en todo lo que había sido mi vida, esa etapa que se estaba terminando y entendi que a veces hay que dejarlo todo y empezar de cero. Un chico mas o menos de mi edad se sentó a mi lado y me quede mirándole a los ojos, los de este eran color miel casi igual que los mios y también reflejaban tristeza.

–Hola, ¿Tu nombre?– Pregunto

–Anne...– Le respondí con algo de vergüenza apuesto que mi cara estaba a rojo sangre.

–Anne, Anne, Anne...Mucho gusto bella dama– No pude evitar reír por su comentario –Mi nombre es Eliott y con gusto la acompañare hasta New York–  Cambio su voz y me extendió la mano, yo reí y se la di– Apuesto que le han dicho que tiene una sonrisa hermosa, te apodare risitos de oro–

–Si me lo han dicho unas cuantas veces– Afirme y me acomode mejor en mi asiento.

–Gracias por elegir nuestra aerolínea para su viaje, esperamos que se sientan cómodos y recuerden que la tripulación esta para lo que necesiten Explicaron donde estaban las salidas de emergencia, como usar flotadores, las señales y todo eso, cuando despego el avión le di un ultimo vistazo a Londres y la melancolía lleno mi cuerpo, como cosa rara mis ojos se aguaron y una lágrima salio del izquierdo, estaba muy triste me sentía una perra egoísta por no darle otra oportunidad a Josh pero ya el avión estaba a 1000 pies y el arrepentimiento solo servía para atormentar, me puse a pensar mientras observaba la ventana, esas malditas dudas de ¿Tome la decisión correcta? me consumían.

¿Entregar todo por amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora