14

8K 455 74
                                    

Narra charlotte:

Comence a sacudir violentamente mis piernas haciendo un intento de sacármelo de encima.

-puta mierda, ¿te gusta hacer todo a las malas no?, pues así sera.

Puso sus manos en cada una de mis piernas y apreto fuertemente alli logrando que estas se queden quietas en su lugar.
Y sin mas preámbulo metio su rostro entre mis piernas, y sentí algo húmedo, frío y a la vez cálido pasar por mi sexo, enviando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo.

-¿qu..que estas ha.ci.endo?-pregunte entrecortadamente y retorciendome debido a la sensación de placer que aquello causaba en mi.

saco su cara de mis piernas e hizo un puchero- solo estoy haciendo algo parecido a lo que tu haces con mi amigo..

-pero..¿com...-la pregunta quedo en el aire.

Él, habia desplazado su pulgar por mi clítoris. Y se sentía jodidamente bien.

-no. No..haga.ss mas e..so

-¿que cosa?, ¿esto?- sonriendo inocentemente, ingreso un dedo en mi vagina.

¡JESUCRISTO SEÑOR!, ESTE CHICO ES UN JODIDO PERVERTIDO, TIENE UN DEDO, ¡UN DEDO! DENTRO DE MI VAGINA.

y maldición que duele como la mierda.

-Duele-dije lanzando un quejido lastimero.

-y eso cariño, que esto no es nada comparado a lo que estara dentro tuyo luego.

Miento si digo que aquella respuesta no causo temor en mi.

Comenzo a mover su dedo dentro mio, y sonare enferma pero me gusto, me dio placer. Ya me estoy volviendo una loca enferma como el.
Luego de unos minutos retiró su dedo de aquella zona y paso su lengua por él.

-Deliciosa como lo imagine -musitó y sonrio.

Subió encima de mi como lo habia hecho anteriormente y me beso, tan bruscamente como sólo él lo hacia, admito que sus perfectos labios son malditamente adictivos.

-¿Te gusto? -me preguntó mirándome fijamente.

No respondi, pues era vergonzoso.

-bien, creó que tanto placer nublo tu mente y te dejo sin habla.-dijo brulonamente.

-abusador. -todo rastro de burla desapareció de su rostro, dandole lugar a la furia.

-no decías eso cuando te estabas retorciendo de placer cariño. Ahora te mostrare lo abusador que puedo llegar a ser.

Beso mis labios y luego fue esparciendo besos y mordidas por mi cuello, bajo sus manos hasta nuestras partes intimas, agarro su miembro y lo froto contra mi vagina.

Mi corazón comenzó a bombear desesperado, parecía que iba a salirse de mi pecho, y mi respiración se volvió irregular.
No puedo creer que perderé mi virginidad con un loco y sexy psicopata enfermo.

-No lo hagas. -dije cortante

-no estas en condiciones de pedir nada. -dijo mirándome

-no te lo estoy pidiendo, lo exijo. ¡Detente!.

-y mucho menos tienes autoridad para exigir.

-Basta, enfermo.

-te encanta este enfermo, te calienta este enfermo, te gustan los besos de este maldito enfermo, tu misma te contradices nena, porque tu boca pronuncia ciertas palabras y tu cuerpo responde otras diferente. -sonrio, y siguió frotando su pene en mi entrada

El Diablo Es Mi DueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora