malo
me haces creer que me estoy volviendo loco. me fuerzas a que busque un motivo a mi malestar, como si lo tuviese o como si, de ser capaz de encontrarlo, no lo hubiera intentado ya lo suficiente como para ponerle fin antes de que nadie pudiera ponerme las manos encima.
sin embargo, tu voz como un revólver intentando agujerear mis sienes fue lo más cerca que estuve de dejar a alguien entrar, y aunque reniegue de ello, aunque me doliera que me acribillases, la noche siguiente fue más blanca, tanto que ya no parecía la noche.
el brillo de la luna ya cae con violencia sobre nosotros y yo sé cómo acaba nuestra historia. en algún lado cayó una granada abierta y me estás forzando a recorrer todos los rincones de la casa, aguardando a que explote mientras paso por delante.