Por Yuuri.
No me di cuenta que había amanecido hasta que las trillizas despertaron, solté un suspiro, hasta donde sabía Yuko había empezado su entrenamiento, por lo que al menos despiertas sabrían defenderse y llamarme si pasara algo. Salí de la habitación y fui a la cocina, sentía que había cambiado algo en la casa, pero no había escuchado nada en la noche,e serví un poco de café y regrese al cierto para buscar mi celular, las trillizas habían regresado al suyo entonces aproveché para enviarle un mensaje a Minako, Viktor estaría apresurando a Yurio y Otabek a empacar y apresurarse a abordar el jet.
Minako no tardó mucho en aparecer en el departamento y ayudar a las niñas a empacar, en unas horas tendría a Viktor aquí para la mudanza, por lo que también guarde todo y solo revisaba, abrí las cortinas y revisé las ventanas, no había sucedido nada, tal vez si estaba fuera de forma y estaba alucinando.-Enserio Yuuri, no tienes que preocuparte tanto, nada va a pasar, ya se extendió la noticia que es con Viktor, no creo que nadie haga algo en su contra.- Dijo acercándose a la cocina.
-Aún así Minako, ¿ya olvidaste que mi Toshiya quería que matáramos a Viktor por una orden de los altos mandos de los puros?- le dije como si fuera de lo mas simple, ella me miro mal- Nolo eh olvidado, y si nosotros lo íbamos a hacer no veo porque alguien mas no lo intente o quiera ir por las niñas por ser un objetivo mas fácil, además aunque Mari tenga éxito, aun tenemos muchos enemigos.-
-Viktor también los tiene, ese es el mundo en que vivimos, no estamos a la luz, no recibimos los reflectores, incluso Viktor lo sabe, tiene sus empresas si, de fachada, sabemos a que se dedica en realidad, y tu mejor que nadie sabes que tipos de negocios y que consecuencias maneja- dijo mientras se oscurecía su mirada, recuerdo que alguna vez Mari me dijo que si Toshiya no se hubiera casado con mamá, probablemente Minako lo hubiera hecho, pero, nunca nos conto nada acerca de eso y sabíamos que no debíamos de meternos en ese tema.
-Aún así, me sentiré mejor cuando salgamos de aquí, tengo un mal presentimiento.- le dije terminando nuestra platica.
Los minutos se convirtieron en horas hasta que llego Viktor con un gran camion para las cosas, que realmente eran pocas por lo que le dije que en una camioneta cabrían perfectamente las cosas de todos. Salimos del apartamento y le pedí que se adelantaran, yo pasaría a la casa de Pitchit para informarle del cambio y agradecerle, además tenia mi auto, así que haciendo uno de sus típicos pucheros se fue con las trillizas que ahora lo imitaban por que no me acompañarían, Minaño fue conmigo para que no estuviera tan nervioso según ella.
Llegamos a la casa de Pichit, me baje a toque varias veces, pero no me abrieron, por lo que se me hizo extraño, decidí llamarlo a su celular pero no me contestaba, realmente me sentía de nervios, llame un par de veces a Chris, pero igualmente no obtuve respuesta alguna, por lo que decidí llamar a Viktor, igual y se encontraba con él, pasaron algunos segundos y cuando pense que no me contestaria escuche su voz.-Yuuuri- dijo feliz- ¿ya vienes a casa?-
-Viktor, aun no,¿ Chris no esta contigo?-
-No, se suponía que estaría en la mañana en mi casa para llevar a Yurio y Otabek, pero no llego, como Pitcht acaba de terminar su celo, pense que se quedaría con el, ¿pasa algo malo?-
-No, nada, te veo después, chao- colgué la llamada y me dirigí al auto, Minako me miraba seria, abrí la cajuela y saque unas pistolas, Minako llego a mi lado.
-¿Qué pasa?- dijo tomando un par de armas.
-Espero que nada, pero Pitchit no me contesta al igual que Chris y Viktor no sabe nada de él y estoy preocupado.-
-Pueden que estén haciendo algo juntos, Pitchi apenas termino su celo igual y Chris no quiso dejarlo solo y no se resistió más- dijo despreocupada, voltee a mirarla.
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Solo tal vez (omegaverse)
ФанфикViktor Nikiforov es un alfa puro , ademas de ser jefe de Bratva . Viktor siempre ha sido muy posesivo con sus pertenencias y no le gusta compartir. Yuuri Katsuki es un joven omega puro de 24 años, siempre a sido reservado, hasta que conoció a Pitchi...