Prepa

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Caminaba por los pasillos de la preparatoria, con la mirada hacia abajo, quería olvidar las palabras de mi madre, pero no podía resonaban vez tras vez en mi cabeza, siempre era lo mismo con ella, no podía haber un día en el que pudiera salir de casa tranquila.

Sacándome de mis pensamientos algo atrajo mi vista, pasando por mi lado, unos zapatos de colores y las iniciales S. T. en un naranja neón muy llamativo.

Parecía un detalle insignificante, pero sin duda marcaba la diferencia, si ponías atención, la mayoría de los jóvenes usaban zapatos negros o cafés al usar el informe oficial, pues a sí lo marcaba el reglamento, para un hombre; corte escolar, cabello sin teñir, camisa blanca manga larga, corbata negra o azul, zapatos negros o cafés. Como toda institución rígida, forzando a sus alumnos a ser iguales, esperando con eso poder borrar los prejuicios sociales, quitándonos nuestra libertad de expresión. Sin duda las mujeres no se salvaban de este régimen para nosotras era; cabello sin teñir, blusa blanca manga larga, saco negro, pañoleta roja, falda roja a tablones, a la rodilla.

Rin rin

Sonó la la campana para indicar la entrada a la segunda clase, había faltado a la primera, pero eso no era una novedad, odiaba esa materia, pero la clase había terminado, subí corriendo las escaleras y aunque no lo admitía con nadie la matemáticas me fascinan y mucho más el álgebra, pensé que la profesora había salido ya, pero justo al dar la vuelta de las escaleras tope con ella de frente.

- Otra vez tu Tamara - dijo de una manera despectiva, cruzando los brazos, barriéndome con la mirada

-Mis - dije simulando una sonrisa de lo más falsa.

- Nuevamente faltaste a la clase, solo nos quedan dos semanas -

- Lo se Mis -

- No lo parece, si no me presentas todos los trabajos de este semestre, no te permitiré presentar un extraordinario. Está por demás decir que no asistes a mis clases, no entregas trabajos, solamente quieres un examen del final, pero esta vez no será así, esta vez no te lo dejaré fácil - dijo con un tono amenazador y una gran sonrisa en su rostro.

[Rayos!! Y ahora? Si no puede tomar el examen extraordinario voy a reprobar]

Los extraordinarios son exámenes los presentan los alumnos que después del semestre, que claro reprobaste, este se presenta una semana después de finalizar las clases los puntos qué sacas en este examen se suman a tu calificación del semestre sacas 10 se te suman 3 puntos si sacas 9 y 8 se suman 2 puntos, si sacas 7 se te suma un punto, no se admite un 6 en este examen sacar 6 sinónimo de reprobar.

- Buen día Miss Alicia, Tamara, entra la clase va a comenzar - dijo el profesor javier invitándome a pasar.

- Buen día profesor Javier - conteste, a siendo un simple gesto de cortesía a la mis, dirigiéndome a la aula.

El día fue tranquilo, a pesar del infortunado encuentro con la Mis Alicia. Al término de las clases me dirigí rápidamente a la salida, atravesé la calle, esperando en la banqueta un taxi, pero para mi sorpresa alguien me espera.

No puede ser dije para mí

- Oye bonita por aquí - gritaba Dario levantando la mano.

Di la vuelta al lado contrario de donde estaba queriendo ignorarlo, pero fue en vano, subió a su moto y se acercó hacia mí.

- Hey bonita no vas a subir -

-Te dije que no vinieras aquí -

- Lo sé lo sé, sólo quería sorprenderte -

- Pues lo único que logras es hacerme enojar -

- No te enojes, vamos te llevo -

- Tengo prisa -

- Vamos, Tamara, sube te llevaré por un helado -

No podía negarme un helado era un helado

- Ok - dije estirando la mano para que me diera el casco, aun algo arrogante

- Ya sabia que dirías que si - dijo con una sonrisa burlona que incluso se podría notar a través de su casco - Pero tendrías que decirme dónde está una nevería por aquí -

- No me molestes y sigue derecho - dije mientras subía a su moto.

Tiene una moto hermosa, color negro con vino, de esas que todos quisieran, pero solo pocos se pueden dar ese lujo. Dario es una de esas personas que se pueden dar esos lujos pues tiene mucho dinero, tiene unos padres bañados en oro. Pero no es sólo eso, en el poco tiempo que tengo de conocerlo, siempre está muy ocupado, trabajando en la empresa de su padre, sin embargo, apresar de tener dinero, no es arrogante, como la mayoría de las personas pudientes, es muy amable, inteligente, educado, cariñoso, valiente, directo y por lo que veo, detallista se agrega a la lista, ahora que lo pienso, debió de haber tomado su hora de comer para venir a verme.

Sin duda, de todos los chicos con los que he salido, él es el mejor.

- Un helado de fresa y otro de vainilla, por favor - pidió Dario a la mesera.

- Dario, no era broma, de verdad tengo prisa -

- Por que tanta prisa, Tamy -

- Tengo unos trabajos que entregar, ni siquiera los he empezado, y no tengo tiempo, también tengo que ir a trabajar -

- Aquí tiene - dijo la mesera, muy coqueta.

- Muchas gracias - dijimos a la par.

- A si que no te podré ver, mucho estos días -

- No te podré ver!, - dijo gritando, y la mesera volteo a ver.

- Baja la voz Dario -

- Vamos Tamara eso no es justo, solo me queda este mes, y acordamos te vería todos los días, tendrás que reponerme los días que no te vea -

- Sabía que dirías eso, está bien te los repondre, te daré una semana más -

- Un mes más - replicó con una gran sonrisa

- Dos semanas y estoy siendo generosa - dije asiendo un gesto

- Cuatro semanas, tómalo o déjalo - dijo acercandose a mi.

- Te dejo - dije riendo, sacado la lengua en forma burlona.

- Vamos bonita - dijo y me besó con ternura. Su boca sabía a vainilla.

[Suspiré, besaba tan bien, que me robaba el aliento]

- Lo pensaré - dije al ver su cara de picardía.

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⏰ Última actualización: May 05, 2022 ⏰

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