CAPÍTULO 2

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 ¿Os ha pasado alguna vez que os quedáis dormido en el tren y os despierta su sonido al llegar a una parada? Pues a mi me hubiese encantado que me pasara eso, pero como soy yo, mi despertar fue algo parecido pero bastante diferente.

 Simplemente hoy me he despertado creyendo que seguía en mi cama del campamento, pero como eso es demasiado bueno para mi vida, he despertado en una estación de tren.

- ¿Pero que Hades hago aquí? -pensé, pero los mortales que pasaban por mi lado en ese momento me miraron raro, vale puede que no fuese un pensamiento

«Mira en tu bolsillo derecho» -una voz dijo en mi cabeza, así que decidí hacerle caso.

En el bolsillo había una carta, escrita en griego antiguo, por lo que podía leerla. La carta decía :

«Querida Aquamarine,

Sé que te estarás haciendo muchas preguntas en este momento, así que déjame resolverte algunas.

Estás en Londres, en King Cross, donde debes coger un tren que te llevará a tu siguiente destino el "Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería", el billete del tren lo tienes en tu otro bolsillo.

Esto no es ninguna misión, simplemente quiero que vivas la vida que en parte te corresponde.

Desde que descubriste quien era tu padre, siempre me has preguntado por tu madre, y yo nunca te he contestado, pero eso se acaba ahora. Quiero que descubras el mundo de tu madre, y a la vez que la descubras a ella.

Lamento que haya tenido que ser ahora y de esta forma, pero hasta que no se cumpliese la gran profecía no podía arriesgarme a ponerte bajo un peligro mayor.

Espero que algún día puedas perdonarme por haberte ocultado todo esto, pero solo lo hice para protegerte.

Te quiere, Papá»

Me quedé en shock, ¿Cómo que el mundo de mi madre? ¿Qué es eso de asistir a un colegio? ¿Y por qué Hades se llama "colegio de magia y hechicería"?

Metí la mano en el bolsillo izquierdo y saqué el billete, el cual decía que el tren hacia Hogwarts salía de la plataforma 9 y ¾ a las 11. En un reloj de la estación marcaban las once menos cuarto, así que cogí el carrito que tenía delante que por el nombre en el baúl supe que era mío, y decidí buscar el andén.

Supuse que el andén estaría entre el 9 y el 10 así que me fui hacia esos andenes. Al llegar solo estaba el 9 y el 10, pero en el billete ponía claramente 9 y ¾.

Avancé entre estos dos andenes buscando el que me correspondía hasta que en una pared vi que ponía Plataforma 9 y ¾ (*), y observé cómo personas que iban también como baúles como el mío lo atravesaban corriendo. Así que, cogí carrerilla y entré al andén.

Al pasar, vi a mucha gente, padres despidiéndose de sus hijos, amigos reencontrándose, y un gran tren rojo.

Como no tenía de quién despedirme, ni conocía a nadie, me subí al tren. Una vez en él me puse a buscar un compartimento vacío, y mientras lo buscaba, pude notar las miradas de muchas personas sobre mí. Cuando entré al compartimento abrí el baúl para saber que me habían guardado dentro.

En él, encontré un par de túnicas negras, el uniforme del colegio, que constaba de una blusa blanca y de una falda negra. También vi mucha ropa de mi estilo, pero que no era mía, y además había muchos tacones. Entre toda esta ropa encontré una nota en griego antiguo que decía:

«Espero que disfrutes de toda esta ropa y zapatos nuevos, son los más.

Siempre para ayudar con la moda, tú tía Afrodita.»

La auténtica Princesa de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora