IV

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Hacía exactamente tres dias que Alba no había vuelto a ver a Natalia (No que los hubiese contado ni nada) y se estaba empezando a desanimar.

Ya que encontrarla por la calle sería muy poco probable, decidió ir buscándola por la universidad dia tras dia. Le iba preguntaba a la gente si había visto a Natalia Lacunza y la mayoría de respuestas que obtuvo fue o "Quien?" o "No se donde esta" asi que ya estaba muy cerca de tirar la toalla.

"Pero es que Mari, nadie la ha visto! Es como un fantasma!" Dijo Alba metiendose, bastante enfadada, una cucharada de lentejas en la boca

"Ya... Yo sabía quien era porque recuerdo que un dia se le cayó la pintura en mi profe de política" Dijo Maria riéndose por lo bajo

Alba solo suspiró y Maria la miro un poco preocupada

"Bueno amiga, seguro que no ha muerto asi que te la tendrás que encontrar alguna vez. No has pensado en preguntarle a su hermano pequeño?"

Alba asintió "Si pero me parece que es como invadir su privacidad, no?"

"Bueno... seguro que la encontraras"

"Mira que la chica es bien alta eh" Dijo Alba sonriendo un poco al recordar lo mona que le parecía su altura.

"Ay la Reche... que cupido ya ha hecho efectooo" Dijo sonriéndole burlonamente

Alba levantó la vista de sus lentejas, cogió un trozo de su pan, y se lo tiró a Maria. (quien obviamente se lo comió)

***

La razón por la ausencia de Natalia eran muchas. Santi cogió un horrible resfriado porque llevando a Riki a una fiesta de cumpleaños un niño pequeño estornudo en la tarta y el se la comió tan panchamente.

Al tenerse que quedar en casa, Natalia se había pasado los últimos tres días trabajando en la tienda mecánica donde trabajaba su hermano. Los hermanos no podían perder un dia de paga ya que se querían ir ya de esa casa del infierno. Sus rondas empezaban a las 10 pero ya que tenía que recoger a su hermano del colegio, tenía que empezar 4 horas antes.

Después de trabajar salía corriendo a recoger a Riki del colegio, pasando antes por la farmacia a por los medicamentos y por el supermercado. Con suerte al llegar a casa se podía relajar pero normalmente Santi se encontraba mal o Riki necesitaba ayuda con sus deberes.

Ademas de todo esto se encargaba de hacer la cena y limpiar la casa, asi que en conclusión; Natalia no podía mas con su vida.

Eran actualmente la una y cuarenta y Natalia acababa de acabar todo lo que tenía que hacer hoy. Entró a su cuarto y en un mili segundo ya estaba metida en la cama.

"Nati" De repente habló su hermano mayor y a Natalia casi le da un chungo del susto

"Coño!" Dijo poniendo su mano en su pecho "Que quieres?"

"Mañana vas a la uni, vale?" Dijo Santi y Natalia se sentó en su cama, lista para discutir

"No, tengo que trabajar. No podemos saltarnos dias de trabajo y lo sabes"

"Iré yo, ya no tengo fiebre. Podré aguantar diez horas" Dijo su hermano

"Santi..." Empezó Natalia pero su hermano la cortó

"Ni Santis ni mierdas. Te has machacado durante tres dias enteros, déjame volver"

Eran en situaciones como estas en las que los hermanos Lacunza se daban cuenta de lo mucho que se necesitaban. Sabían que sin tenerse a ellos no habrían conseguido ni la mitad de cosas, y, Natalia siempre decía que ellos le daba fuerza para afrontar su dia a dia.

Tardes De OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora