Eclipse solar

883 123 92
                                    

Sicheng se debatía mentalmente entre ir o no ir a la boda de sus mejores amigos, pues faltaba tan solo un día para aquel evento. La verdad no tenía ganas de asistir, pero sería como insultar de nuevo a Yoonoh, y hablando de eso, el menor tendría que disculparse con su amigo; tal vez fue demasiado lejos con lo del beso a Taeyong, pero demonios, estaba borracho y dolido.

Las calles de Seúl estaban abarrotadas aquel viernes por la tarde, el chino caminaba a paso lento mientras que las demás personas iban con prisa, en más de una ocasión han golpeado su hombro. Era como estar en una película en donde el protagonista va a paso calmado y los extras van demasiado rápido. Dio un sorbo a su café y deseó que aquella pesadilla acabara. Estaba casi resignado a entender que Yuta ya no le pertenecía, que el futuro que se prometieron alguna vez ya no será.

Sicheng piensa en su comportamiento, es cierto que cambió con el pasar de los años, pero tuvo que hacerlo, la carrera de bailarín le exigía ser menos apacible, menos bueno y más decidido. ¿A eso se refería Yuta con que ya no era el mismo? También estaban sus amigos, todos les habían recalcado que ya no era el mismo Sicheng de antes, hasta Taeil, sin decírselo realmente, lo escrutaba con la mirada. ¿Era tan egoísta como todos pensaban?

Internamente quiere volver a la época en donde todos eran amigos y no había dramas de por medio, pero sobre todo, volver al tiempo en que Yuta lo amaba. Reprimió sus lágrimas al imaginarse a su chico abrazarlo como solía hacerlo. Lo extraña tanto.

Sicheng, te quiero presentar a unas personas.

El menor se sonroja, y es que le da vergüenza conocer gente, Sicheng no es de las personas que son muy sociales, de hecho, le entra un pequeño pánico cada vez que está en lugares con muchas personas; se siente fuera de lugar y ansioso de salir huyendo.

Su único amigo aparte de Yuta es Jung Yoonoh, es un buen chico y está al lado de Sicheng en ese momento. A diferencia de Sicheng, Yoonoh es más sociable, no sabe cómo terminaron siendo amigos.

Yuta, no creo que sea muy interesante para ellos conocerme. Además, estoy con Yoonoh.

—Vamos, Sicheng, son unos amigos míos, quiero que los conozcas. Yoonoh puede venir con nosotros, ¿verdad? —El aludido asiente con una sonrisita.

Sin más, el chino aceptó. Pronto fue arrastrado hacia la cafetería del colegio, donde se encontraban un grupo de chicos a los que Sicheng había visto antes, pero no se atrevía a dirigirles la palabra por su timidez.

—Chicos, él Sicheng, el chico del cual les estuve hablando. Ah, y él es Yoonoh, su amigo.

Mierda, Yuta les habló de él, Sicheng se sonrojó todavía más. Estaba en esa época en la que experimentaba el amor y que amor, si gustaba de su mejor amigo, pero Yuta no lo sabía.

—¿Sicheng, cierto? Mi nombre es John Seo y acabo de llegar de América, así que me vendría bien amigos, ¿qué dices?

El chico Seo le extiende la mano, el menor solo asiente y corresponde a su cordial saludo.

—¿Eres de América? ¡Viví ahí durante cuatro años! —Dice Yoonoh muy animado de compartir algo así con otro chico.

—¿En serio? Vaya...

La conversación entre aquellos dos fluye de maravilla, y en eso Yuta pasa a presentar al resto de sus amigos.

El sol ríe y la luna llora » YuWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora