TU BESO EN EL PARQUE
El otoño comenzaba ya
a amarillear las hojas
de las abigarradas copas de los árboles.
Parecía otra tarde más,
pero de repente te vi a lo lejos,
dirigiéndote hacia mí
como una de esas estatuas
que salpican el parque de arte.
Yo quedé paralizado
pero te acercabas casi evanescente,
y cuando llegaste a mí me besaste
como si nada hubiese pasado.
TU BESO EN EL PARQUE
El otoño ya implacable
amarilleaba copas
cuando como cada tarde
andaba bajo las hojas.
Entonces lejos te vi,
mayestática obra de arte,
dirigiéndote hacia mí
como una estatua del parque.
Evanescente venías...
Y de pronto me besaste
de la misma forma que antes.
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Luz, sal y arena
PoetryLibro para los retos poéticos del Taller literario de Poesia_ES