"Restos de Ardor y Frío"

Capítulo 4. "Discusión Para Cenar"

El sol bajaba con lentitud detrás de las persianas que adornan la sala de estar, la plática se hace amena conforme pasan los minutos, y en su regazo no hay más que un lugar vacío donde había tenido a su pequeña.

Hana había vuelto a dormir y su madre le había hecho el favor de llevársela con ella.

Al salir su madre de escena Katsuki se sintió ajeno a la imagen que se mostraba ante él. Izuku tallaba sus ojos mientras Kirishima le daba suaves palmadas en la espalda. No entiende por qué había empezado a lagrimear, pero no dijo nada.

Él había quedado fuera de la situación. Kirishima consolaba al otro, pero él no movía ni un dedo.

Katsuki no está familiarizado con la consolación. Había veces en las cuales consolaba a Shouto, pero el medio albino siempre había estado satisfecho con un abrazo y un casto beso en su frente de su parte. Y no cree que sea cómodo abrazar a Izuku o incluso besarlo.

Tampoco es como si quisiera enredarse con los problemas sentimentales de los demás. Sin más salió a la cocina para poner la cafetera.

No tenía ganas de café en realidad, pero no había encontrado otra excusa con la cual librarse.

Cuando el café anunció estar listo llevó tres tasas y le dio una a un sonriente Kirishima y otra a un Izuku con los ojos inyectados de sangre, que agradeció generosamente la taza con su típica sonrisa, aunque se viera sutilmente opacada con sus ojos ligeramente hinchados.

Él no dijo nada, pero su expresión le acusaba diciendo con claridad: "No cambias. Sigues siendo un llorón de mierda". A lo que Izuku sólo le dedicó una sonrisa, regresando al cómodo sillón.

Katsuki escuchaba más de lo que decía, aunque tampoco era como si tuviera mucho que decir. Por nada en el mundo hablaría sobre su reciente vida paternal.

Kirishima cada cuanto mencionaba el duro trabajo de ser vicepresidente de una agencia. Izuku hablaba más de sus compañeros de trabajo más que de él mismo, a veces soltando por ahí alguna situación de la cual ha salido victorioso de una pelea, pero siendo acorralado por la prensa de manera espeluznante. Y Katsuki, quien sólo escucha, frunce un poco el ceño intentando ignorar la creciente molestia que empieza a sentir.

Escucharlos hablar de su trabajo de cierta manera, le molesta.

"Todos han estado dando lo mejor de sí mismos. Y yo no he hecho nada desde hace más de 6 meses." Se mordió el interior de la mejilla al recordarlo. Cuando su situación salió a la luz el médico que lo atendió no le dejó entrenar ni un poco. Cero ejercicios, cero cosas heroicas, cero trabajos.

Lo peor de todo fue cuando en casa se dio cuenta de que ni siquiera le dejaban hacer estiramientos o cargar cosas pesadas. Su orgullo se vio magullado cuando se dio cuenta de que en esos momentos no era más que una persona con una debilidad creciendo dentro de él.

Se sintió humillado y muy molesto. Tanto, que terminó teniendo la pelea más dura que haya tenido con Shouto cuando su aguante llegó al máximo. En esos momentos envidió a su pareja tanto como pudo, que lo evitó por un buen tiempo. Fue una tortura total. Él si podía salir y hacer su trabajo de héroe, y él estaba confinado en un departamento.

Todo al principio siempre es duro, esto no fue la excepción. Pero después del accidente del tercer mes, su punto de vista cambió radicalmente para bien. Cuando llegó a quedarse en casa de la señora Tachibana nada cambió. Nadie le dejaba hacer cosas pesadas, y tenía que evitar las cargas físicas y emocionales para no complicar su situación. Así que prácticamente no había hecho nada por un largo tiempo.

Por supuesto que le siguió molestando el no hacer nada. Pero teniendo la mente más fresca con respecto a su situación supo afrontarlo. Pues era eso, o terminar en un estado severamente crítico que no sólo afectaría la vida de Hana, sino también la suya.