Anastasia // Locura Enfermiza I

🌹4-Angeles perdidos🌹

Anastasia tuvo que quedarse después de clases por culpa de su travesura, le habían llamado a su madre, ella es la que vendrá a la dirección a hablar sobre su comportamiento.

Sabía que le dirían, por eso no le tomó mucha importancia.

Al llegar su madre apresurada junto con Adam quien la miro y le sonrió como siempre a ella tranquilizándola.

—¿Ahora que hiciste cielo?.—le pregunta con preocupación.

Ella levanta su mirada con notable vergüenza pues nunca había tenido que ir a ver a la directora.

—¿Yo?.—finge inocencia.—No he hecho nada malo mami.

Su madre da una mirada inquisidora, sabia lo que tenía por hija así que no le creyó ni un poco pero eso no se lo dijo.

Solo le sonrió.

—De acuerdo, mi cielo te creo. Iré a ver que quiere la directora.—contesta tranquilizando a la niña y entrando a la oficina del colegio St Joseph, era una institución muy prestigiada por eso le tomo de sorpresa la llamada, su hija nunca había tenido un problema y menos en el colegio ella era todo un ejemplo de inteligencia y obediencia.

Era un ángel.

—¿En que puedo ayudarla directora?.—pregunta amablemente la madre de Annie tomando asiento delicadamente frente de la señora de edad avanzada.

Mostrando lo más serena que pudo, odiaba tener que venir por cosas irrelevantes.

—Su hija es la estudiante más inteligente y astuta que tenemos en este colegio, con buena actitud en clases, participativa.—alaba a su pequeña.—No causa ningún problema.—continúa.—Pero de un periodo a otro, varios de sus maestros han notado algo extraño en la niña.

—¿A que quiere llegar con todo esto? ¿Cuál es el motivo de la llamada? No puedo perder el tiempo.—recalca.

—Señora Romanov su hija..., tiene serios problemas.—insiste con notable seriedad.

—Discúlpeme, se que mi hija no es perfecta, debe de comprenderla, ahora mismo está pasando por muchos cambios en su vida, para ella todos estos meses han sido difíciles. Pues un divorcio por más que se quiera evitar, los daños colaterales son inesperados.

—Eso lo entiendo señora como le digo, el comportamiento inusual de su hija y ahora esta broma hacia su compañera y sus problemas creo que son la raíz de su manera de ser y pensar.

—¿Y tiene alguna prueba que mi hija lo hizo?.—sabia que ella lo había hecho.—Porque podría ser cualquier otro niño.—trata de defenderla.

—Señora, sabemos que su hija le gusta este tipo de cosas y le recomiendo llevar a su hija con un psicólogo, puede ir con el que se encuentra aquí es muy bueno.

—Un momento.—le interrumpe abruptamente.—¿Porque me ha hecho venir por algo como esto?.—se levanta exasperada.—No tiene pruebas de lo que dice y esa niña de seguro es una mala compañera, que tal vez se lo merecía. Le pido de la forma más amable que no se meta con mi hija, ella está bien y no necesita la ayuda de nadie, que para eso me tiene a mí y eso es más que suficiente.

—Señora estamos hablando de la salud mental de su hija.—trata de explicarle la señora de edad avanzada.

—Y yo le estoy diciendo que no se entrometa en asuntos que no son suyos, con todo respeto, ella no esta mal, sí eso era todo me retiro.