Alas de hada

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Henry se tallaba los ojos de sueño mientras veía como su padrino Sirius se aguantaba las ganas de ponerse a saltar de un pie a otro, como un niño de tres años que tiene que ir urgente al baño.

-Niños se que no se les permite salir afuera por lo que con Rems hemos pedido el permiso a sus padres para usar el salón como un gimnasio por un día, así que vamos a jugar mini quidditch de salón!!! Y tengo una pequeña sorpresa, pero deben prometer no decir nada, no tiene que salir de estas paredes, porque se quedaran sin su super hermoso, guapo y encantador tío, o en tu caso Orión sin papa!!

Lo prometen o bien vamos con la idea de Rems de usar este tiempo para ponerse al día con los deberes.

- Lo prometemos- dijeron todos a la vez como si lo hubieran ensayado. Henry por otro lado, se mordía el labio inferior para así aguantarse las ganas de preguntarle a los gemelos ¿Cómo se jugaba quidditch?

-Bien, aprovechemos que Rems está buscando helado para nosotros, esto queda entre nosotros no queremos ni que el tío Remus se entere, porque la pelotita llamada snitch que les mostrare pertenece a su padre y se podría decir que la saque prestada sin su consentimiento y Rems puede decirle a Tom, quien se pondrá como un ogro, de lo enojado que estará si se da cuenta.

Ahí fue cuando de una cajita de madera, que tenía en la mano, saco una pequeña pelota del tamaño de una nuez grande, de color dorado brillante y pequeñas alas plateadas que revoleteaban sin parar entre sus dedos, eso lo llevo a recordar a los libros de cuentos llenos de dibujos que Tia petunia le leía a Dudley donde hablaba sobre hadas, una vez había alcanzado a ver uno de esos dibujos donde mostraba a una personita diminuta que tenia alas plateadas como la de esa pelotita, en ese mismo momento una idea se le paso por la cabeza y grito de horror, el no podía creer que enceraran a uno de esos seres tan bonitos dentro de esa pelotita, ¡¿porque de que otras forma explicabas que la misma volara y tuviera ese color?!, no podía permitir que la tuvieran en la oscuridad, sola y confinada, él sabía lo que era eso y no le gustaba para nada, los monstruos en esos momentos podían aprovecharse y alcanzarlo.

-Suéltala, libérala- se le escapo mientras se abalanzaba hacia Sirius para intentar agarrar al hada, cuanto más intentaba sacársela menos lo lograba, el soltaba lagrimas de miedo y frustración, no dejo de gritar que soltara a la pequeña, hasta que escucho una voz desde las escaleras que lo paró en seco.

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Lo primero que vio Tom al bajar las escaleras fue a Henry colgado del brazo de Sirius mientras este parecía intentar apartarlo sin querer lastimarlo, Draco y Cepheus, trataban de alegar a Henry, Orión no paraba de reír y los gemelos veían la escena con los ojos como platos de incredulidad. No sabía si reírse o poner fin a todo aquello y cuando diviso como las lágrimas bajaban por el rostro de su hijo menor, su decisión ya estaba hecha.

-¿QUE SUCEDE AQUÍ? PAREN DE UNA VEZ.

Todos se detuvieron de pronto y se quedaron mudos, podría escucharse caer un alfiler del silencio que había pero este fue roto por Remus que volvía al salón seguido de los elfos Sharp y Durg que traían unas copas de helado.

-Creo que no es momento para un dulce, vamos a dejar el helado para después, pueden llevárselo- dijo Tom despidiendo a los elfos que desaparecieron con un sonoro crack- bien, ahora alguien puede explicarme que paso, ¿Draco, Cepheus porque están agarrados a la pierna de su hermano, Henry que sucedió para que llores y porque estas aferrado al brazo de Sirius?- pregunto

-Bueno Henry se abalanzo de pronto hacia el tío Sirius y no sabemos porque, solo queríamos separarlos.- dijo Draco algo apresurado

Se acerco lentamente a Henry, se arrodillo a su altura, con sus pulgares limpio las lagrimas que caían del rostro de Henry y le pregunto con vos calma.

–¿Que paso hijo? Dime.- vio como el dedo pequeño de su hijo señalaba algo en la dirección de su padrino, siguiendo la dirección que le indicaba fijo su vista y vio su snich entre los dedos de Sirius.

-Yo solo quiero liberar a la hadita, no quiero que este encerrada sola en la oscuridad, seguro que tiene frio y miedo de los monstruos, yo solo quiero ayudarla para que no le pase lo mismo que a mí - intentando entender lo que su hijo le terminaba de decir, llego a la conclusión de que tendría que averiguar después a quienes exactamente se refería con monstruos y que era puntualmente lo que le había pasado, pero lo que no sabía era que tenía que ver un hada en todo aquello.

-¡¿Hada?! ¿Qué hada?

-La hada que la pelotita usa para volar.

-Tom, creo que Henry cree que la snitch tiene un hada encerrada dentro y que por eso vuela- hablo Severus explicando lo que le había entendido a su hijo.

Tomando la snich de la mano de Sirius, la llevo a sus labios y les mostro a todos como esta se abría.

-No hay ningún hada aquí dentro, sus alas son hechas mediante magia, la razón por la que se logra abrir es porque utilice esta snich para guardar los anillos de compromiso de sus papas, cuando les propuse casamiento y esa es la razón por la que la tengo guardada- dijo esto último mandándole una mirada a Sirius quien desvió la vista para otro lado.

-ohhhh, yo, yo lo siento, es que solo sus alas se parecían a las alas de una hada que vi en un dibujo y yo lo siento.

-está bien cariño, no hay problemas, todos cometemos errores- dijo Severus mientras se agachaba y abrazaba a Henry quien estaba nervioso por haberse equivocado.

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Su papi Severus lo estaba abrazando, el adoraba cuando sus papas lo abrazaban le hacían sentir algo cálido en su pecho, después de haber estado unos minutos abrazado con su rostro en el pecho del hombre, se aparto de él alegándose de sus brazos, avergonzado por todo lo que había pasado agacho la cabeza para no mirarlos a la cara, pero su vista fue atrapada por algo en las muñecas de su papi, sus hombros se pusieron tenso y su mente lo llevo a un recuerdo que había bloqueado porque no le gustaba pensar en esas cosas feas.

Flashback

No lograba ver nada porque sus ojos estaban tapados, solo podía sentir y oír lo que pasaba, sus muñecas estaban atadas y sentía en ellas una punzada de dolor por intentar soltarse y alegarse de esas manos que lo tocaban, se sentían mal, el se sentía sucio por todo su cuerpo o donde esos dedos arrugados lo tocaban, lugares que no estaban bien. Sabía que eso no era correcto pero tenía tanto miedo y dolor, sus lagrimas eran amortiguadas por la venda y su voz ya estaba ronca de gritar por ayuda. Sentía que estaba mas solo de lo que nunca se había sentido, solo quería que todo terminara porque no entendía lo que había hecho mal para que le hicieran eso, solo las palabras del hombre que repetía una y otra vez.

-Tan precioso y bello, lástima que fueras un error, tu no tendrías que haber tenido aquello, todo por ti y culpa de tu familia.

Continuara....

el principe perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora