Tormentos

Capitulo |IV|

Tan pronto como las cosas se calmaron el ambiente de año nuevo comenzó a sentirse en el ambiente. Sonreí para mis adentros mientras escuchaba a Sasori tocar Croatian Rhapsody en el piano de la sala, cada año, desde que lo conocí el toca para mi, por esa razón comenze a practicar violín para acompañarlo, aunque aun era muy torpe para acoplarme. Mientras tocaba, su mirada se dirigía a mi con semblante tranquilo, pero lleno de entusiasmo, había una pasión tan grande dentro de el que sentía como la piel se me erizaba con cada sonido proveniente de el roce de sus dedos sobre las teclas del piano.

Simplemente era maravilloso, algo que se podía disfrutar como si la emoción que expresaba pudiese entrar en tu corazón.

La melodía se detuvo y Sasori se puso de pie.

— En verdad. ¿Hay algo que no puedas hacer perfecto?.— Fue la pregunta que salio de mis labios.

El sonrió ligeramente.

— Es en serio. Sabes cocinar, tocar instrumentos, eres inteligente, culto y ademas eres un artista.— Le dije mientras observaba una de las tantas Dollfies que adornaban la casa.

El siguió mi mirada hacia aquella muñeca articulada de cabello castaño.

— Talento he inteligencia nata, probablemente.— Murmuro mientras se estiraba en el asiento.— Pero no soy el único. Tienes una voz preciosa.— completo guiñándome un ojo.

Me sonroje.

— Mh. Calla. Solo lo dices para hacerme enrojecer. —

.x.

Le siguió a paso tranquilo hacia el jardín trasero, en el cual había un hermoso kiosko de color marfil. Su mirada jade a pesar de ya conocer el lugar seguía asombrándose por el aspecto tan maravilloso frente a su ojos, paisaje verde, arbustos llenos de rosas y un olor fresco y dulce en el ambiente.

Tomaron asiento uno frente al otro bajo el kiosko, había tè de moras ya servido. Lo acerco a sus labios tomando un leve trago. Sasori la observo mientras tomaba la taza entre sus dedos. El semblante tranquilo y extasiado de la pelirosa era mas que placentero para el ojimiel.

El simple hecho de tenerla a su lado, protegerla, le hacia feliz.

Y aunque no cambiaba su esencia, su comportamiento, el sabia perfectamente que Sakura lo hacia sentirse completo.

Por un momento, recordó el día en que la conoció, no el día en que ambos se cruzaron, si no. Mas bien, el día en que la vio por primera vez.

{ Con las manos en sus bolsillos camino despreocupado y sereno junto a su grupo de amigos Nunca fue amigable, mucho menos un hombre sociable. Pero aquel tipo siempre lo obligaba a salir de casa a gritos y empujones. Deidara, era un chico rubio un poco mas alto que el de mirada celeste y piel parcialmente bronceada con un gusto por el arte completamente opuesto al suyo. Era todo disturbio y destreza explosiva. Regreso su vista del frente hacia el cuando lo escucho chillar a su lado señalando con vehemencia hacia un lugar en especial.

— Debes estar de broma. Eso es antinatural. ¿Tiene algodón de azúcar en la cabeza?. —Comento a modo de burla.

Pain le golpeo la cabeza ligeramente al rubio de voz chillona. Si bien aquel hombre tras Deidara era mucho mas frió y plano que el, no evito la curiosidad tras aquel golpe.

— No sabia que el personal era tan joven. .— murmuro Pain hacia Konan, su novia.

La chica de cabellos purpura asintió. — Puedo apostar que su cabello es teñido. Un color como ese no puede existir.— Comento ella.

Y es que simplemente no le hubiese puesto atención a toda aquella conversación, pero algo en su cabeza le decía que volteara enseguida, y lo hizo.

Sus ojos se abrieron de ligero asombro al ver a una chica de cabellos rosados y largos oculta bajo el uniforme de la cafetería de aquel gran y concurrido cine.

Presto atención suficiente para evaluarla. Era un modelo perfecto para el prototipo de muñeca que estaba buscando realizar.

Era menuda, pálida y de grandes ojos jade, quizá un poco turquesa. Pero lo mas vistoso de ella era su larga cabellera rosada. Fue ahí cuando supo que no había visto mujer mas perfecta que ella a pesar de llevar ese uniforme tan poco agraciado.

Al poco tiempo descubrió que ella estudiaba en el ala norte del mismo instituto que el. Y por tanto, era menor. }

El sonido de la porcelana al quebrarse en el suelo saco a Sasori de sus pensamientos, al instante observo interrogante a la pelirosa, ella señalo a la entrada con furia reprimida.

Su mirada se volvió gélida al ver la sonrisa prepotente de aquel a quien Sakura señalaba.

— Uchiha.— Menciono con asco.

El pelinegro frente a el se acerco tranquilamente a ellos

Sasori se levanto para enfrentarlo. — ¿Que haces en mi casa?.—

Sasuke negó con sarcasmo plantado en la mirada, pero con una pose elegante y un gesto de sus hombros le resto importancia a la pregunta de Sasori. Sakura por otro lado, lo observaba desde detrás de Sasori con mirada afligida y molesta.

— Vengo por mi novia, ¿No es obvio?.—

Sakura negó con violencia. — Yo no soy tu novia Sasuke. — concluyo la pelirosa tras Sasori.

La mirada azabache de Sasuke se torno violenta por unos instantes al observarla. Algo andaba mal, pensó Sakura.

El no solía tener ese tipo de mirada.

— Solo lo diré una vez. Sakura es mía, te guste o no.— Sentencio regresando su vista hacia Sasori con la intención de acercarse a la pelirosa.

Sasori lo jalo del brazo y le asesto un puñetazo en el rostro evitando cualquier contacto indeseado hacia ella..

— Lo diré una vez, Uchiha. Ella no te pertenece, es libre de elegir.— Murmuro Sasori conteniendo la molestia de su voz.

Sasuke se limpio el hilo de sangre que salia de su labio con soltura y con mirada prepotente observo a Sakura de nuevo.

— Ella solo esta contigo por lastima, en cuanto se aburra regresara a mi. Lo sabes, ella solo esta contigo porque estas solo. — Golpe bajo, eso había molestado a Sasori, le había hecho dudar. Sakura vio aquella mirada. Ese atisbo de confusión insana en la mirada marrón de Sasori.

El pelinegro sonrió arrogante.

Sakura se planto frente a Sasuke con el rostro rojo de furia.

— ¡Tu, maldito prepotente! No estoy con Sasori por lastima, aunque tu quieras creerte toda esa mierda en tu cabeza, que te quede claro que el es mucho mas importante para mi, de lo que tu lo haz sido en todos esos años llenos de promesas falsas. Tu me engañaste Sasuke. Y eso nunca te lo voy a perdonar. No puedes ir por ahí reclamándome como tuya si no fuiste lo suficiente hombre como para mantener tus pantalones en su lugar mientras yo no estaba. — Sentencio cruda.

Sasori la tomo de los hombros comprendiendo que aquello era mas difícil para ella de lo que había querido aparentar durante esos meses de silencio.

El Uchiha la observo con la mirada sorprendida y desorbitada. Aquello había sido una fuerte declaración. Una que Sasuke no había podido digerir.

Sasuke se puso de pie con una mirada sombría y llena de vació.

Y por primera vez sintió tristeza. Algo que no había podido identificar en aquellos meses.

— Luchare por ella. Que te quede claro. — Murmuro hacia Sasori antes de alejarse hacia su auto dispuesto a salir.