AVA

Zahn y Balderich

Ava y su familia llegan al centro de Gestenia.
Estaban buscando la casa de sus abuelos Heloise y Everard.
-Vaya, el centro ha cambiado mucho desde la Gran Guerra.-Dice Alexander.
-Pero es mucho más hermoso, la gente sonríe, los montes a la lejanía y el cielo azul hacen resaltar la belleza de los colores que se encuentran aquí. Como el rojo, azul y...-Dice Ahren y hace una pequeña pausa-¡Miren, hay girasoles. Rápido Alex, tenemos que preguntar si tiene semillas!-Dice muy emocionada.
-De acuerdo, querida-Dice Alexander-. Ava. ¿Recuerdas dónde está la casa de mis padres?
-Sí, padre-Responde Ava.
-Lleva a Barend contigo. Tu madre y yo iremos después de intercambiar al cerdo por las semillas de girasol.
-Está bien, padre. No te preocupes, estaremos bien. Yo cuidaré bien de Ava en su ausencia.-Dice Barend fanfarroneando.
-Claro que sí, hijo-Dice Alexander con una pequeña risa y despeina a Barend-.Los veo allá.

Ava y Barend van en el camino y platican.
-Ava, ¿Nunca has soñado con ser un héroe que pueda salvar a cualquiera?-Dice Barend.
-La verdad no creo que sea lo mío, pero... Sin embargo tú, tienes mucho potencial para serlo.-Responde Ava.
-¡¿En serio lo crees, hermana?!-Pregunta Barend con gran emoción.
-Así es, debilucho.-Dice Ava y hace una mueca de burla.
-No soy débil. Te lo voy a demostrar con aquel hombre que necesita ayuda cargando eso.
Ava ve hacia donde apuntaba Barend y vió a un joven de alrededor de 29 años que cargaba un saco que al parecer se veía extremadamente pesado y tenía que subirlo a una carreta.
-No se preocupe, caballero-Dice Barend-. Permítame ayudarle con ese enorme saco.
-Oh, muchas gracias hombrecito pero puedo hacerlo solo.-Dijo el hombre.
-¿Seguro que no necesita ayuda?-Pregunta Ava.
-Seguro. Mucho menos de un niño y una mujer.
-¡¿Cómo se atreve...?!-Dice Ava pero es interrumpida por otro hombre que parecía un poco más joven que el otro.
-Wade, que descortés eres-Dijo el joven-. Déjame ayudarte, se ve a kilómetros que no puedes levantarlo solo.
Entre ellos 2 levantaron el saco a la carreta y Wade se fue con la carreta.
-Perdonen a Wade-Dijo el extraño joven-.Es muy tímido con extraños.
-Realmente necesita cambiar su actitud-.Dice Barend.
-Ah, me llamo Balderich, por cierto. ¿Quiénes son ustedes?
-Yo soy Barend.
-Y yo soy Ava.
-Ambos son nombres hermosos. ¿Cuántos años tienes, hombrecito?-Pregunta Balderich.
-Tengo 11 años-Responde Barend.-¿Cuántos tienes tu?
-Pues... Acabo de cumplir 22.
-No puede ser. Mi hermana también acaba de cumplir años.
-¿En serio, cuántos?-Pregunta Balderich a Ava.
-Ehm... 19.
-Muy bien, bueno, los veo luego, tengo que seguir ayudando a Wade y hacer otras cosas, espero volver a vernos.
-Hasta luego, Balderich-Dice Barend.-¿No crees que sus ojos eran muy llamativos? Uno era negro y otro era casi amarillo.
-Sí, lo creo. Sigamos nuestro camino.
Después de un tiempo, Ava y Barend llegan a la casa de sus abuelos.

Everard abre la puerta al oír el golpe de ella.
-¡Barend, Ava! Qué bueno es verlos otra vez-Dice Everard mientras los abraza.-Por poco y no los reconozco, han crecido mucho. ¡Heloise, tenemos visitas, agradables y ansiadas visitas! Pasen, tomen asiento en la sala. En un momento les daré un poco de té.
-Muchas gracias abuelo, también me alegra volver a verlo-Dice Barend.
-Pasa, luego haremos travesuras a la abuela¿Te parece?
-Claro abuelo.
-¿Dónde están sus padres?-Pregunta Everard a Ava.
-Fueron a conseguir unas semillas de girasol para cultivarlas.
-Ah, el girasol... - Interrumpe Heloise al llegar a la sala con una bandeja con galletas recién orneadas-. La flor más hermosa hecha por la vida misma.
-¡Abuela Heloise!-Exclama Barend con mucha emoción mientras va corriendo para abrazar a su abuela.
-Espera hijo, espera a que deje la bandeja, te puedes quemar-Heloise deja la bandeja en una mesa-.Ahora sí Barend, ven y dame un abrazo. También tú Ava, que no es como si te hubiera visto ayer.
-Nos da mucho gusto verla otra vez, abuela Heloise-. Dice Ava.
-Tomen las galletas que les preparé, son 8, 2 para cada uno de ustedes y otras 2 para cada uno de sus padres. Por cierto ¿Dónde están?
-Fueron a conseguir unas semillas de girasol.
-Muy bien. Tomen las galletas y en un momento Everard les traerá el té. Tomen asiento.
-Listo, aquí está el té-Dice Everard-. Espero y les guste la manzanilla.