Escucharlo dolía, dolía bastante.
Aún recuerdo cuando las lágrimas corrían por todas mis mejillas, una por una. Pero mierda, cada vez que recordaba eso, mi amor por el crecía más. Realmente uno no puede imaginar la cantidad de dolor que alguien llega a causarnos.
Sus ojos color miel como el oro. Su mirada tan profunda como el océano. Su voz. Su melena color plateado ya no lo vería jamás.
Mi hijo, Sesshomaru. Lo veía con rencor."No puedo creer que te vayas con esa humana."
-Inu no Taisho... No puedo pelear contra tu decisión, sin embargo no te puedo desear lo mejor. Se que ella pronto morirá, y te verás en la penosa necesidad de regresar.- Lo dije, mirándolo.
El estaba boca abajo. Suspiró.
-yo no dejaré que ella muera.- Dijo mirándome.
No, ni siquiera el sabía lo que decía. Los humanos no aguantan vivir ni siquiera un siglo. Aparte de que son tan débiles, son torpes y crean guerras y guerras sin razón alguna.
Sesshomaru se fue, yo sabía perfectamente que el había perdido todo el respeto que le tenía a su padre. ¿podía culparlo?
-Antes que nada. Quiero hablar sobre la espada curativa que le otorgaré a...- Fue interrumpido por mi.
-Espera, ¿cómo has dicho? ¿no le darás el colmillo de acero a nuestro hijo? Tu ya tienes suficiente poder...- Trate de discutir, por mi hijo.
-He hecho algo con colmillo de acero, y eso a ti no te incumbe.- Dijo molesto.
Después de todas las explicaciones, me regalo una joya infernal, que ayudará a Sesshomaru si algún día, quiere salvar a un humano.
¡Ja! ¿qué cosas puede pensar su padre? Sesshomaru no es como el. El es signo de ser un demonio completo y orgulloso...
Inu no Taisho, se fue. Se fue para siempre. Y yo... Yo tendría que aceptar la derrota contra una humana.
ESTÁS LEYENDO
Única
AdventureIzayoi, una joven princesa, de ojos cafés, y cabello azabache; comprometida con el joven y valiente Takemaru un militar del antiguo Japón. Pero una bestia y Dios celestial decidirá que Takemaru, no es el hombre indicado para Izayoi, si no, el, Inu n...