XXII

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Nunca, alguien de mis colegas en el hospital me había enfurecido tanto como Sarah Bennet.

Siempre tuve ganas de abofetear su cara con esa mirada condescendiente, como ahora mismo.

Sarah todavía tenía mi brazo en un agarre firme.

Traté de liberarme. - ¡Suéltame! -

- ¿Qué demonios estabas haciendo? - preguntó.

Arranqué mi mano. - ¡No es de tu incumbencia! -

Me di cuenta de que, aunque había logrado quitarme su agarre, ella seguía sosteniendo la tira de pastillas.

Sarah me lanzó una sonrisa torcida, ella empezó a caminar hacia mí, atrapándome entre el escritorio y el gabinete.

No tenía espacio para esquivarla y marcharme.

- Por supuesto, es asunto mío cuando obviamente estás husmeando en el lugar equivocado -

- Devuélveme eso, Sarah - dije, tratando de arrebatárselo, pero ella lo levantó más alto, manteniéndolo fuera de mi alcance.

Era tan alta, que era imposible para mí incluso si saltaba.

Casualmente, me apartó e inspeccionó las pastillas.

La sonrisa se disolvió en una dura mirada.

Ella sacudió las tabletas en mi cara. - ¿Te ​​follaste a esa criminal? - estaba literalmente hirviendo. Todos los rastros de humor habían sido borrados. - ¡Explícate! -

- No es asunto tuyo con quién me acuesto - rompí.

Sarah me agarró violentamente del hombro. - ¿No tienes ninguna vergüenza? Dormir con el enemigo. ¿Tienes alguna idea de lo que haría el Dr. Shaw si se enterara? -

- ¡No te atrevas! - dije.

Sarah se rió entre dientes. - Mírame, Camila. Mírame destruirte en cinco segundos -

- Adelante - yo la desafié. - Cuéntale a Aaron al respecto. Y luego, a su vez, le contaré sobre ti -

Me miró, con cautela llenando su expresión. - ¿Decirle qué? -

- Le diré lo que te vi hacer. Voy a exponer tu secreto -

No tenía idea de los secretos de los que estaba hablando, pero en ese momento, parecía una forma plausible de salir de esta situación.

- Estás faroleando -

Continué mirándola sin admitir la derrota. - Si quieres creer eso, está bien para mí - sonreí. - Dile a Aaron una sola palabra acerca de estas píldoras y voy a contarle sobre ti. Hasta el último detalle -

- ¿Estás en condiciones de amenazarme? -

Levanté mi mano hacia ella. - Mis pastillas -

Ella frunció el ceño, colocando las pastillas en mi palma. - Nunca se sabe, podría ser demasiado tarde y el hijo esa criminal ya está creciendo dentro de ti -

- Tal vez -

- Si realmente deseabas algo de acción, me lo hubieras pedido -

Sonreí con dulzura. - Dra. Bennet, por mucho que aprecie tu amable oferta, no me gustan mucho las arrugas. Prefiero que algo más... - hice un seña con mis dedos. - ... grande. Y podría agregar, Lauren no decepciona -

- Es porque no me has probado - ella sugirió, y luego sonrió. - Puedo darte una lista de nombres de damas que responderán por mí y te dirán lo increíble que soy en la cama. Tal vez te olvides de la criminal -

Mental Asylum Donde viven las historias. Descúbrelo ahora