Veintiséis

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Dedicado a slowjoji, Keilagrazer y Camilatopsprros

***

Y bailamos girando
como las constelaciones,
y mantienes mi cuerpo abrigado


- ¿Estás bien? - preguntó suavemente, acariciando su mejilla.

- ¿Qué pasó? - dijo confundido y trató de levantarse sin mucho éxito, un punzante dolor de cabeza hizo que se volviera a recostar.

- Te quedaste dormido mientras conversábamos con los chicos, pensé que estabas muy cansado así que les pedí que se fueran - explicó Finn sin perder la gravedad de su voz, aún se sentía preocupado por el estado de Jack.

- Ha sido un día muy largo, eso es todo - respondió el castaño, pasando la mano por sus rizos - ¿Tú estás bien?

- Sí, solo tengo que dormir un poco y... ¿quieres que hablemos sobre lo que pasó? - no pudo contener la pregunta que acechaba con sigilo.

- No hay nada de qué hablar, solo dejemos que todo pase - observó su mirada angustiada y esbozó una sonrisa para transmitirle un poco de calma - solo pueden pasar cosas buenas, ¿verdad?

- Haré que así sea, no lo dudes ni por un minuto - aseguró, sonriendo también.

- Mejor duerme conmigo, no es buena idea hablar de cosas serias nuestra primera noche de bodas - hizo un espacio para que pudiera echarse a su lado y Finn se acomodó sin mucha dificultad, sus cuerpos estaban hechos para acoplarse inevitablemente.

- Este siempre será el día más feliz de mi vida, Jack - susurró, antes de darle un beso.

***

Habían comprado una pequeña casa a las afueras de la ciudad, era un lugar bastante tranquilo para vivir y Jack podía tener su propio espacio para trabajar. Finn había montado un pequeño estudio de grabación en el sótano, ahora que estaba casado había decidido retomar todos los sueños que quedaron pendientes al separarse de Jack.

Los primeros meses pasaron tranquilos y felices, como si realmente nada pudiera salir mal. Durante la semana solo se veían en la noche, porque Finn tenía un trabajo de oficina que le absorbía casi todo el día y a penas podía llegar a tiempo para tener una cena decente con el rizado. Los fines de semana se los dedicaba completamente a Jack y pasaba todo el tiempo a su lado, tratando de complacer cada una de sus necesidades. Todo era llevadero hasta que sucedió lo inevitable, un día al regresar a casa no vio a su esposo en el sofá donde solía sentarse para trabajar y eso le produjo una extraña sensación en el estómago, un miedo que fue creciendo a medida que lo buscaba y no lograba ubicarlo en ninguna de las habitaciones. De pronto todo le pareció irreal, había buscado más de dos veces en los mismos lugares esperando encontrarlo mágicamente, pero no dio resultado. Simplemente no estaba en ninguna parte. Solo cuando los minutos pasaron inexorables es que decidió salir de la casa, no sabía exactamente a dónde ir, solo tenía la necesidad de sentir que estaba haciendo algo.

Caminó durante un largo rato, alumbrando el camino con una linterna, cada vez más desesperado al ver que nada pasaba. Las lágrimas empezaron a caer, su corazón se aceleró más de la cuenta, sus pasos empezaban a temblar y estaba dispuesto a llamar a la policía cuando de pronto escuchó un gemido.

- ¿Jack? - preguntó, tratando de encontrar la fuente del sonido con la luz de la linterna. Nadie contestó y el gemido cesó - ¿Jack? - elevó el tono de voz con cierta desesperación.

Stay in my Heart ~ Fack ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora