El principio.

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La noche se hacía cada vez más pesada, sus ojos no soportaban la luz de su computador, pero tenía que acabar muy pronto su tesis.

Verónica fue a la cocina por un poco de fruta y ya que se encontraba ahí, optó por un vaso de leche fría.
Regresó a la habitación y se sentó frente al ordenador. Colocó un poco de música de su grupo favorito "The Neighbourhood" y agarró su celular que dejó en el cajón de su escritorio para que no pudiera distraerla en su trabajo.
No se percató de la hora que era, tanto se entretuvo en las redes sociales que se le fue de las manos controlar su tiempo.

-¡Veroooo, ya es hora de levantarte! .- gritó mamá desde la cocina mientras encendía la estufa para preparar hotcakes de avena, las que tanto le gustaban a la bella joven.

Verónica no podía escuchar los gritos desesperados de su madre, se había quedado dormida sobre el escritorio con los audífonos puestos. Justo en ese momento soñaba con la presentación de su trabajo que había acabado muy cerca de las 4:45 a.m ya con poca movilidad en sus manos y la pesadez de sus ojos. 

Carolina subía las escaleras de madera haciéndolas sonar por toda la casa, eso significaba que estaba muy molesta, había llamado a su hija más de diez veces y ésta no la escuchaba. Abrió con fuerza la puerta de la habitación de Verónica y la agitó un par de veces hasta que por fin abrió los ojos con dificultad, le ardían y veía muy borroso. 

-¿Qué? ¿Qué hora son? .- preguntó con queja mientras se frotaba los ojos y se sobaba los oídos, dormir con auriculares no es lo mejor del mundo.

-Hace treinta minutos te estoy llamando desde la cocina y tú ni te cambias para ir al instituto.- dijo Carolina mientras escogía del armario una camisa de cuadros color rojo y un jean azul oscuro, los agarró y se los aventó a la cama. Cerró la puerta con fuerza sin antes gritar "si en cinco minutos no estás abajo, olvídate de salir el fin de semana".

Verónica odiaba faltar a clases, y puede sonar algo irónico pero jamás quería perderse las clases que luego costaría ponerse al corriente y también porque se sentía mejor estando con sus amigas que con su familia. Mientras se colocaba las zapatillas con una mano, con la otra trataba de agarrar el mouse de su computador y dar click en enviar "TESIS" a su correo, eso hacía siempre cuando no tenía a mano su pequeño USB.

Corrió a la cocina con la mochila puesta y la dejó sobre el sofá mientras tomaba desayuno, se lamentaba no poder disfrutarlo con calma. Se cepilló muy de prisa y se despidió de su madre con un beso. Corrió hasta el parada de autobuses y se alegró al divisar el autobús que siempre la llevaba al instituto. 

Subió y eligió un asiento vacío cerca de la ventana, dejó su mochila debajo de sus piernas y se colocó los auriculares, dio play a la playlist que hace una semana creó para ir al instituto y no prestar atención al molesto claxon que el autobús emitía cada 5 minutos. 

"Tenemos que volar por nuestra propia cuenta, antes de que alguien más nos diga cómo"

Dentro de 20 minutos no abrió los ojos, no le apetecía hacerlo ya que podía viajar en su imaginación, o eso decía cada vez que alguien le preguntaba por qué cerraba los ojos siempre que tenía los audífonos puestos. 

Sintió que algo tocaba su pierna derecha. Grata era su sorpresa cuando observó a un chico sentado a su costado, lo cuál era extraño puesto que el bus iba casi vacío y podía escoger cualquier asiento. 

-Lo siento si te desperté, no quería incomodar.- dijo el joven cuando se percató que Verónica abrió los ojos y lo miraba con las cejas fruncidas, no podía negar que se veía un poco adorable.

-No estaba durmiendo.- respondió fría y se giró con los brazos cruzados.

-No pensé que me escucharías, veo que tienes los audífonos puestos ¿o es aquella trampa de "si ves que tengo auriculares puestos no molestes"?.- dijo sin poder evitar soltar una risa.

Ahora Verónica lo ignoraba, no quería decirle que hace un par de minutos su playlist había dejado de sonar, tenía que agregar más canciones para que aquello no vuelva a pasar, aunque pensándolo bien, no se volvería a topar con aquel chico, o eso creía ella.

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