Miedos

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Entraba de noche cuando no podía prevenir su presencia,

me abrazaba en silencio y apretaba mi corazón

los llantos eran consecuencias de sus murmullos en mi oído

y temblaba de pensar que estaba atrapada en una pesadilla otra vez,

donde mis miedos abundaban y mis gritos eran solo producto de mi imaginación.

Abría los ojos en las penumbras de mis deseos, recordando con un escalofrió que

aún no te has ido y estas escondido en una esquina, esperando que mis ojos se cierren

y puedas a mi alma volver a herir.

Llorar nunca fue suficiente para sentir que te lograba sacar,

me regañaba a diario por lo débil que era frente a ti,

pero la muerte no es algo a lo que le puedas huir.

Volvías a mi, como todas las noches,

a decirme que irme era la solución,

y que mi débil corazón no aguantaría otra depresión.

Al filo de un viento, me vi tentada a ceder,

con los ojos cerrados decidí,

que seria ese mi ultimo día de sufrir por ti.

Vomito de ProsasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora