Eat 《vkook》

1:Llevalo lejos

Todo estaba en silencio. Se acercaron unos pasos a la puerta. Las llaves tintinearon en el fondo.

La puerta se abrió lentamente y Jeongguk se deslizó en su apartamento. Caminó lentamente por el pasillo hacia su habitación, donde dejó su mochila en el suelo y se dejó caer sobre la cama. Suspiró pesadamente y enterró su rostro en la almohada.

Esa había sido la rutina de Jeongguk durante más de un mes. Despertarse, ir a trabajar, llegar a casa, dormir y estar en el medio, deseando que todo haya terminado.

La vida no tenía sentido. Nada en el mundo era lo suficientemente interesante como para permanecer despierto. "Si pudiera dormir para siempre", pensó para sí mismo mientras miraba la pared frente a él. Inconscientemente, comenzó a unirse a los puntos incoloros que el blu-tack que había dejado en el fondo de pantalla. Pensó en las constelaciones y en el polvo espacial y en cómo el mundo era tan grande y pequeño al mismo tiempo y cuán horrible se sentía al ser un milagro.

El pobre Jeongguk vive en el corazón de Seúl, haciendo lo que siempre soñó y simplemente queriendo desaparecer.

Gruñó por lo bajo y pateó sus zapatos al piso. Se dejó caer a un lado y miró la pared vacía. Una vibración en su bolsillo lo trajo de vuelta a la realidad. Fue un mensaje de Jimin.

"Oye, ¿todavía estamos listos para esta noche o no?"Dijo. Los dedos de Jeongguk se movieron sobre el teclado.

"Sí, por supuesto, hyung!" Respondió, aunque todo lo que quería hacer era arrastrarse debajo de las sábanas, cerrar los ojos y olvidarse de todo.

Decidió cambiarse a algo más cómodo, así que se subió a la cama y arrastró sus pesados ​​pies hacia el armario. Abrió el cajón de la camiseta y comenzó a revisar cada uno de ellos hasta que encontró el correcto: una gran camiseta gris con el hombro izquierdo rasgado. Lo miró por un momento mientras frotaba la tela con las yemas de sus dedos. 'Tal vez no debería ...' pensó, pero finalmente decidió usarlo. Arrojó sus jeans ajustados al armario y se puso un par de pantalones de chándal negros. "Jimin ni siquiera se dará cuenta", murmuró saliendo de la habitación.

Una ráfaga de aire hizo mover su cabello mientras pasaba por la sala de estar. Se dio cuenta de que había dejado abierta la ventana del balcón. Fue a cerrarlo, pero algo en la calle le llamó la atención. Salió y se inclinó sobre la barandilla, el viento sacudía su pelo. Examinó la calle de arriba abajo, pero lo que creía haber visto ya no estaba allí. Decepcionado, Jeongguk regresó a la casa y cerró la ventana detrás de él.

Caminó hacia la cocina para detener los ruidos que su estómago estaba haciendo, pero una vez que cruzó la puerta, las náuseas comenzaron a surgir de sus entrañas. Él abrió la nevera con leve disgusto. Un extraño olor se deslizó por su nariz haciendo que sus entrañas giraran. "Esperaré a Jimin, él estará aquí pronto".