3. Dudas, dudas, dudas.

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“¿Quién soy?”, pensaba Pardo sentado en el sofá, recordando la escena con sus hermanos, ellos ya se habían dividido; Panda fue a su habitación y Polar a la habitación de Pardo. “S-Soy Pardo, su hermano”, había respondido, acto seguido, los dos hermanos menores se miraron entre ellos y dijeron que no recordaban tener algún hermano, después caminaron cada quien a su destino rodeando a un confundido pardo.

– No puedo creerlo —dijo para sí mismo ahora con los codos sobre sus piernas y su mentón recargado en sus manos, con una mirada perdida en dirección a la TV.

Pasaron muchos minutos de silencio, Pardo mantenía cientas de preguntas para hacerle a quienes decían no ser sus hermanos. Pensó en distraerse un poco primero, pero gracias a que Polar estaba en su habitación, no tendría mucho que hacer, salvo limpiar lo de anoche al menos.

– ¡Eso es! Por eso Polar actúa así conmigo, no le he ayudado a limpiar —celebró dando un golpe al aire, había encontrado una alternativa de solución, al menos para Polar, esperando que Panda no sea más que un cómplice de dicha broma para hacer responsable al mayor.

Eventualmente, limpió, barrió y ordenó cada metro cuadrado de la sala; bolsas de papitas, botellas de soda y el tazón de palomitas ordenados, los llevó a la cocina y botó todo a excepción del tazón, el cual lavó mojándose casi todo el pelaje con torpeza.

“Caramba”, quejó al mojarae todo y volteó con el fin de ir a por una toalla para secarse el cuerpo, pero se sorprendió al ver frente a sus ojos a un oso de blanco pelaje usando una chaqueta negra. “Ay, no... no otra vez”.

Ahí estaba Polar, usando aquella chaqueta que poseía cuando el mazo golpeó su cabeza y provocó amnesia. Él temía que haya vuelto a pasar, pero ¿cómo se golpeó si estaban dormidos? ¿Se habrá levantado a hacer algo nocturno y se golpeó en el transcurso? Sonaba lógico, pero entonces ¿por qué volvería a acostarse con Panda? En la mañana ellos seguían en la misma bolsa de dormir, este dato destruiría por completo su teoría.

– Hazte a un lado, bro, haré el desayuno —dijo acomodándose la chaqueta y posó su mano en el hombro de Pardo, pero una corriente eléctrica repentina los hizo saltar a ambos.

– ¡Ouch! —quejó el pardo sobándose el hombro de donde se había producido la descarga— ¿P-Pero qué fue eso?

– ¿Acabas de... electrocutarme? —se tocó el hombro y luego miró al mayor con una sonrisa a medias—. Cool.

Dicho ésto, se volteó para ir hacia la nevera, tomó algunos ingredientes y los colocó sobre la barra de la cocina. Después vio Pardo y ladeó la cabeza hacia la salida, indicando que quería cocinar a solas.

“Parece que no cambió del todo”, pensó caminando hasta llegar al sofá para sentarse en éste. Aún estaba confuso; Polar volvió a ser ese oso cool que nació de él cuando sufrió de amnesia aquél día del hermano, el efecto habría vuelto por alguna razón. ¿Panda lo golpeó accidentalmente?

Otra teoría recién horneada. Pero, si hubiese sido así, ¿por qué lo golpeó? Además, debió ser por voluntad propia y adrede, pues el golpe debe ser lo suficientemente fuerte como para surtir efecto, más aún si le da en la cabeza.

Pardo necesitaba pruebas, evidencias de que Panda golpeó a Polar para hacerlo cambiar de personalidad así de repente.

Una duda aclarada a medias, ahora había otra: ¿qué sucedió con Panda? ¿Por qué discutían ellos dos? ¿Qué habrán hecho durante la noche? Es algo que pronto tendrá que descubrir, posiblemente deba insistirle a Chloe para recibir su ayuda, estaba tan preocupado que hasta rogaría a Charlie que sea su compañero para resolver este misterio.

We Bare Reverse (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora