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Inuyasha's POV:

"Mi cabeza está asechandome
y mi corazón se siente como un fantasma"

Toda mi vida he estado huyendo del dolor, el rechazo al qué estado condenado por mi sangre. La soledad, la tristeza.

Desde que mi madre murió, desconocí por mucho tiempo el significado del amor. Solo conocía el miedo y la oscuridad, la necesidad de ser más poderoso, más fuerte, de hacerme notar...ser alguien. Sin importar a quién lastimase, porque ellos me lastimaron primero.

Mas en mi interior sabía que no era lo correcto, no era lo que realmente quería.

"Necesito sentir algo,
porque aún estoy muy lejos de casa"

¿Pero qué son los deseos en un mundo donde luchas a cada segundo por sobrevivir?

Entonces enterré todos mis sentimientos bajo la máscara de insensibilidad que creé. Y mi único objetivo era convertirme en un demonio, ser algo por completo, deshacerme de la debilidad humana que habitaba en mí, dejar de ser la burla de los de arriba, y vengarme de los de abajo.

Para ello tenía que conseguir la Perla de Shikon, ya que esta cumpliría mi anhelo.

Pero, ¿Qué haría entonces?

En mi ambiciosa misión, me topé con la sacerdotisa que custodiaba la perla. Y sin quererlo, mi objetivo había cambiado. Pues fue ella quien desenterró todo aquello que yacía olvidado, y le dió un sentido real a mi vida.

"Júralo de corazón y por tu vida
Prometeme que nunca te irás de mi lado"

―¿Te quedarás incluso si permanezco de esta manera?― Le pregunté algo temeroso, melancólico. Me odiaba, y lo último que podría esperar era que ella no lo hiciese también.

―Claro que sí―Rió ella, tal y como si hubiese preguntado una obviedad. Sin embargo, para mí era de lo más importante, y necesitaba estar seguro de ello. Nadie nunca había confiado en mí, y yo jamás había confiado en nadie.

―Júralo.

―Lo juro―Sentenció con absoluta seriedad. Volvió su rostro hacia mí, sus ojos me transmitieron aquella tranquilidad que solo ella podía darme, y sus palabras fueron suficiente para mí. Entonces me abrazó, y sentí mi corazón latir como nunca antes, por un nombre, un rostro, un sentimiento.

"Muéstrame lo que no puedo ver,
cuando la chispa de mis ojos se ha ido"

―Pero ellos igual querrán cazarme, acabar conmigo―Murmuré sin separarme de su abrazo.

―No mientras estemos juntos―Respondió ella con seguridad, calma.

―No mereces temer por mi vida, ni tienes obligación de protegerme contra tu gente...

―No, ellos no te atacaran―Rió de nuevo, mas yo no comprendí cómo podía estar tan segura de ello.

"Me tienes de rodillas,
soy el hombre indicado"

―¿Cómo lo sabes?

―Porque verán que no tienen motivo para dudar de ti―Levantó la mirada hacia mí. Sus palabras me tomaron por sorpresa, al igual que el beso que compartió a continuación. Mi interior se retorció, como si el orden natural de las cosas hubiese vuelto a la normalidad, la tensión desaparecía llevándose consigo el miedo.

"Lo juro de corazón y por mi vida
Prometo que nunca me iré de tu lado"

En aquel instante lo supe, este era mi verdadero destino, esto era lo correcto. Y me aferré a lo único que tenía, a la pureza de su alma, la belleza de su sonrisa, la transparencia de sus palabras, la calidez en sus ojos.

―Juro que te protegeré, Kikyo―Dije abrazándola con toda la fuerza de mi alma, y la delicadeza que solo ella merecía.
―Lo juro...

"Porque yo te digo, eres todo lo que necesito
Te prometo que tú eres todo lo que veo"

En aquel momento, cuando el sol se ponía silenciosamente, ella era todo lo que siempre había necesitado. No el poder, ni las riquezas, mucho menos las apariencias. Solo el amor que en ella encontré.

―Te amo―Finalmente pronunció las palabras, y el hechizo estaba listo.

"Porque yo te digo, eres todo lo que necesito
Nunca me iré"

Estaba irremediablemente atado.

Y no supe como responder, solo estaba el hecho de que la protegería con mi vida, nunca la abandonaría.

"Así que puedes arrastrarme a través del infierno.
Si eso significa que podré sostener tu mano."

Habían pasado cincuenta años ya desde el día en que todo se derrumbó. El mundo había cambiado, ella había muerto. Sin embargo, estaba devuelta...y con ella mis sentimientos, esos que había desgarrado el rencor por su supuesta traición.

―Ven conmigo Inuyasha, ven y arde junto a mí.

Podría jurar que solo escuchaba su voz, mis pies se movían solos, y mi mente solo pensaba en ella. Quería verla, sentirla de nuevo. Su aroma inundaba todo el lugar, y me era imposible pensar en lo que estaba haciendo.

"Yo te seguiré porque estoy bajo tu hechizo
Y puedes lanzarme a las llamas."

Y después de tanto tiempo, allí estaba nuevamente en frente mio.

―Vamos, amor.

Estaba embelesado por su esencia, su rostro, su voz. Avanzaba hacia ella como un mosquito hacía la luz. Era mi final, en algún rincón de mi ser lo advertía, pero no me importaba, era el final que deseaba, que ella me hacía anhelar.

Entonces me encontré entre sus brazos, fríos, envuelto entre la luz de las almas que consumía para seguir en pie. Y me adormecí en ella.

"Yo te seguiré,
Yo te seguiré"

Todos vivimos de algo ¿no?

Ella toma las almas para llenar su cuerpo, un recipiente de barro.
Yo tomo sus palabras, su perfume, su presencia, para llenar mi vacío corazón.

Kikyo vive de de estas.
Y yo vivo de ella.

Inuyasha's LullabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora